Como cada mes, me dejo seducir por la página de Victoria La Tauleta (Cocineros del Mundo) y sus sugerentes "justas culinarias", donde cocinillas y cocineros nos batimos en un duelo virtual a una altura de órdago. Siempre es un placer partirse los cuernos en busca de nuevas fórmulas de cocina y en probarse a uno mismo sus avances técnicos y/o artísticos. Y en esta ocasión vienen de la mano de Naranjas Lu (cuyo maravilloso producto he tenido ocasión de catar), así que la cosa pintaba entre mandarinas o naranjas. Guante lanzado. Y yo, como tant@s otr@s, lo recojo...
Para tan especial evento he dejado volar mi imaginación por los aires de la cocina y ejecutar una obra original. En mi mente surgió la naranja como el elemento protagonista, que gobierna el plano, y desde ella debían brotar el resto de los ingredientes-personajes. Ella sería el epicentro de todo.
De esa forma concebí que un ceviche le iría al pelo. Elementos fríos rellenando un escenario gélido, pero con toques aromatizados y vibrantes, que sacasen el mayor jugo a nuestra estrella. Ahí entraron en escena el bonito, los gambones, el aguacate, la cebolla morada... Y ahí es donde les pedí a los Hermanos Coen que me co-dirigieran esta receta basándome en su obra maestra "Fargo". Todo un paraje de desiertos nevados y suelos blancos que destacasen el poder visual de esta pequeña joya culinaria. Os invito a Fargo, Minnesota para degustar este fantástico ceviche. ¡Mandiles arriba!
Ingredientes (2 personas)
- 250 grs de bonito
- 12 gambones
- 2 naranjas grandes (aprovecharemos todo)
- 1 aguacate
- 1 cebolla morada
- Hierbabuena o cilantro
- 2 limas
- Sal y pimienta negra molida
- Aceite de Oliva Virgen Extra
- Hielo pulverizado (presentación)
- 45 minutos
- "Fargo" (Joel Coen, 1996)
Con esta receta participo en el apartado Salado del Reto de Ferbrero 2016 de CdM
Vaciando el escenario...
Como nuestra gran protagonista es la naranja, vamos a usarla de recipiente de presentación y, además, aprovecharemos la carne y el zumo para aromatizar y macerar el resto de la receta. Casi nada...Así que lo primero que vamos a realizar es el vaciado. Cortamos el copete de la naranja y con ayuda de una puntilla vamos separando con cuidado la carne de la piel. Sin prisa, con mucho tacto, de un modo casi reverencial.
Luego nos valemos de una cucharilla para sacar por completo toda la carne. La reservamos a un lado - la carne y el jugo, todo nos sirve para nuestros propósitos - y metemos la cáscara en el congelador hasta que hiele por completo. NOTA: Puedes rellenarla de hielos para que conserve bien su forma.
Por otro lado nos ponemos con el ceviche. NOTA IMPORTANTE: Siempre, o sea, siempre conviene congelar el pescado que vayamos a emplear, y ahorrarnos disgustos. Así hice yo y al menos, suspiras un poco más aliviado a la hora de consumir este manjar.
Una vez descongelado nuestros protagonistas les vamos a dar salida. Troceamos el bonito en trozos de bocado y los disponemos en una bandeja o bol. Añadimos los gambones, la cebolla morada laminada y los gajos de las naranjas en trocitos.
Pelamos y troceamos el aguacate y lo incorporamos con el resto de compañeros de fatigas.
Por último vertemos el zumo de la naranja y de la lima - podemos también aportar más sabor añadiendo su ralladura -, la hierbabuena picada (o el cilantro, más clásico), sal, pimienta negra molida y un chorrito de aceite de oliva Virgen Extra. Mezclamos con cuidado, tapamos con papel film y dejamos reposando (la siesta del guerrero) en la nevera 30 minutos.
Momento de creatividad máxima. Vamos a triturar hielo para usarlo de "cama" o "suelo helado" y así mantener frío el plato y dotarle de vistosidad. Para ello podemos usar la Thermomix o una trituradora apta para "hacer polvo el hielo" sin poner en riesgo las cuchillas.
Colocamos un bol amplio y lo cubrimos íntegramente de nuestra "nieve" particular. Sobre ella disponemos la naranja helada. La rellenamos con cuidado con nuestro ceviche, dejándolo bonito, que asomen todos y cada uno de los ingredientes. Que se vea lo que comemos.
Espolvoreamos un poco más de hierbabuena o cilantro por encima y listo. Ya tenemos en la mesa un plato diferente, original, suculento y muy fácil de preparar, ¿o no? ¡Que aproveche, hitchcookian@s!
Película ideal para degustar este plato"FARGO"("Fargo" de Joel Coen, 1996)
Desde el primer momento he tenido muy clara la comparación. Todo el paraje "nevado" que rodea la receta me ha catapultado enseguida a ese maravilloso, demoledor, vibrante y magistral costumbrista que firmaron los Hermanos Coen allá por 1996, justamente premiado con el Óscar al Mejor Guión Original.
12 años después de su irrupción en el panorama del celuloide con la poderosa y sombría "Sangre fácil", los famosos hermanos del cine independiente americano acometen un nuevo film de género, superando a su antecesora: "Fargo". En el camino preparan el terreno para la que será (tal vez) su mejor y más completa obra. Entre los 80 y 90 llevan a cabo obras de gángsters ("Muerte entre las flores"), comedias inusuales ("Barton Fink", "Arizona Baby") u homenajes de época al cine de los 40 ("El gran salto"). Su poderío visual, su pericia narrativa, su visión del cine y de las situaciones, su confección de personajes, estaban a punto de despuntar como nunca con este thriller en mitad de ninguna parte. Una disección absoluta y cruda del criminal, del perdedor, de la investigación policial, de la América profunda.
La historia nos narra la historia de un tímido y apocado vendedor de coches (soberbio William H. Macy) que está casado con la hija de un multimillonario. Con el fin de aprovechar el dinero del suegro decide contratar a dos maleantes (maravillosos Steve Buscemi y el silencioso y letal Peter Stormare) para que secuestren a su esposa. Pero el plan se tiñe de sangre involuntaria y la policía debe tomar cartas en el asunto. Policía representada en la todopoderosa, magnética y emblemática Frances McDormand (ganadora del Óscar), dando vida a una agente embarazada y con un sentido común afilado entre tanta torpeza y caos. Una joya de personaje. De los mejores trazados...
Esta crónica negra (contrastada con el blanco continuo de sus planos) supuso todo una cima en el cine de los 90, el reconocimiento al talento de los cineastas y un resumen perfecto del mundo Coen: humor negro, crimen, personajes normales superados por situaciones extraordinarias, contraste entre bondad y maldad extrema... Con todo cabe subrayar que la película está envuelta en una mentira. Ni basada en hechos reales. Ni desprende el tono clásico que se intuye. Los Coen supieron disfrazar su gran sadismo y su macabra ironía para que entráramos al trapo. Y vaya si lo hicimos...
Nuestra receta se enclava en la gélida estepa que discurre por la encimera. En nuestro bol hay un manto de hielo pulverizado a modo de nieve que nos sirve para catapultar nuestra alocada mente al desierto blanco de Minnesota. Ese escenario donde la presencia de un cadáver o de una naranja, contrasta de modo abrupto y violento, por forma y por colorido.
Pero, cómo no, vayamos más lejos. "Fargo" es un film que basa parte de su potencial en el elenco de personajes-ingredientes que deambulan sin conexión hasta que se ven atrapados por la misma maraña de crímenes. El nexo de la película es el secuestro (ese maravilloso y cómicamente macabro secuestro) y en la receta se metamorfosea en la naranja. Todo gira en torno a ella, todos acaban formando parte de ella, nadie puede escapar de ella...
Todos los elementos protagonistas del ceviche son seres ajenos. Cada uno tiene su vida, su forma, su destino propio. Por un lado el bonito y los gambones, por otro la naranja, por otro el aguacate, la cebolla, las hierbas, los jugos... Algo así como el ambicioso vendedor de coches, los criminales sin escrúpulos, el suegro millonario, la esposa raptada, la policía maternal. Ingredientes de la cocina de los Coen que pululan por el paraje nevado sin conexión evidente.
Pero es entonces cuando se empieza a perpetrar el rapto (que nosotros, curiosamente, hacemos encerrando a nuestra naranja en las profundidades del congelador), se empiezan a trazar los primeros compases del ceviche. Como buenos guionistas culinarios vamos haciendo que confluyan todos los caminos vitales de los personajes. Y los mezclamos. Los aderezamos. Les damos ese punto de humor ácido, de picante, de maliciosidad, de colorido, de diálogo perfectamente condimentado.
Y entonces los dejamos reposar, que vivan las consecuencias de sus actos, que se entremezclen sus destinos. Que el vendedor trate de cobrar el rescate, que los maleantes oculten el dinero en la nieve, que la policía desenmascare al despiadado asesino. Y así todos acaban atrapados en el frío enclave de la naranja helada. Tatando de huir de sus perversos actos... y en nuestra alocada mente se asemejan si acaso a ese pie humano que asoma por la trituradora de madera.
"Fargo" es una joya indudable. Es thriller, es suspense, es comedia negra, es costumbrismo, es violencia extrema maquillada de humor. Los Coen se erigieron como unos referentes claros del cine americano, por su concepción y por la forma de narrar las historias. Nuestro "Ceviche de Invierno en Naranja Helada" es un homenaje a su pieza maestra, de fríos paisajes, de nieve molesta, de sangre. La crudeza del pescado y el marisco hecha cine-receta.
Parecía que estaba todo dicho con la película. Pero luego surge la descomunal serie. También a ella habrá que cocinarla como es debido en algún momento...