"Chaika"; la gaviota de Siberia

Publicado el 23 mayo 2013 por Banacafalata
CHAIKA


Título Original: Chaika Director: Miguel Ángel JiménezGuión: Luis Moya, Miguel Ángel JiménezMúsica: Pascal Gaigne Fotografía: Gorka Gómez AndreuIntérpretes: Salome Demuira, Gio Gabunia, Aytuar Issayev, Bolatbek Raimkulov, Zhaksbek KurmanbekovDistribuidora:GolemFecha de Estreno: 24/05/2013
Pese a que la industria cinematográfica española no pasa por su mejor momento económico, no le faltan nuevos directores que le plantan cara a la situación y siguen sacando adelante proyectos alternativos a las películas más comerciales. Uno de estos directores es Miguel Ángel Jiménez, un madrileño de 33 años que puede presumir de haberse codeado con Aki Kaurismaki (que fue el coproductor) en el que fue su primer cortometraje, Las Huellas, en el año 2003. Después de sucedió su primer largometraje, Ori, donde empezó a dejar patente su estilo minimalista, con narraciones pausadas y dilataciones del ritmo espacio-tiempo, características que seguirían en su siguiente cortometraje, Khorosho, y en la película que estrena ahora, Chaika, que ya se pudo ver en la anterior edición del Festival de San Sebastián.
Chaika significa “Gaviota” en ruso, y también es el nombre en clave que usaba Valentina Tereshkova, la primera mujer en ir al espacio, allá en 1963. Ahysa admiraba a Tereshkova, y quizás por ello su madre de pequeña la llamaba Chaika. Abandonó su ciudad natal en busca de nuevos horizontes, pero las cosas no le salieron como esperaba y terminó viviendo de la noche y de su cuerpo. Sus ansias de escapar de todo la llevan a ella y a su amiga Dilnara a ser contratadas como prostitutas para un barco fábrica, donde permanecerán un año. Ahysa quedará embarazada y tendrá su hijo, Tursyn. Por suerte conoce a Asylbek, un marinero del barco donde ha sido contratada, que estará dispuesto a cuidar de ella. Una pareja de supervivientes natos que les une el deseo de buscar ese nuevo y mejor horizonte entre las frías estepas de Kazajistán.

Hablar de Chaika es hablar de los bellos paisajes de Georgia y Kazajistán, donde está rodada la película. No en vano, Miguel Ángel Jiménez estudió cámara y fotografía en la escuela TAI de Madrid, y su director de fotografía, Gorka Gómez Andreu comprende lo importante que es para él y para su película, convirtiendo las estepas siberianas en un personaje más. Es sin duda lo más destacado del film, gran trabajo el de Gorka. Hablar de Chaika también es hablar del hogar. Del retorno a él y de la búsqueda incesante de uno nuevo, el horizonte que todos buscamos para sentirnos felices y realizados en la vida. Y, sin duda, hablar de Chaika es también hablar del amor como medio para sobrevivir a las dificultades de la vida, el amor para dar calor a los corazones congelados en climas adversos.
Pero hablar de Chaika también es, lamentablemente, de personajes tan fríos como las estepas, con los que es difícil empatizar como pretende su director, quizás no hubiera venido mal un leve acercamiento a los personajes, para que nos adentremos más en sus melancólicos sentimientos. También, pese a nos er una película de larga duración, nos encontramos ya exhaustos en el último tercio de la película, no tanto por su ritmo contemplativo, sino por la reiteración del mensaje, donde se llega a repetir innumerables veces las frases que resumen las intenciones de la película, que junto a ciertos planos innecesarios acaban pasando factura. Habría venido bien aligerar las ideas y un poco el metraje, pero supongo que después de tres años gestando el proyecto es fácil encariñarse con los planos y difícil decidir qué suprimir. Buscar lo esencial y matar los planos de relleno. Por ejemplo, me sobra personalmente el personaje de Tursyn ya mayor, introduciendo la historia de sus padres, ya que su peso en la trama es muy endeble y creo que cobraría más fuerza y solidez centrándose sólo en Ahysa y Asylbek.
Esto hace que un proyecto interesante como el de Miguel Ángel Jiménez acabe dejando sensaciones ambiguas y con cierto desazón. Un sentimiento que espero desaparezca tras la que será su nueva película, Waterloo, donde esperemos lime esas asperezas que podrían haber hecho de Chaika una película muy destacable. Y es que hablamos de un cineasta con sello propio que promete dar que hablar, y al que estaré encantado de seguirle la pista.