Change.org España facturó 890.000 euros en 2013

Publicado el 05 febrero 2015 por Icaro @ateneo

Antonio Pineda, periodista que colabora con la revista Vice.com, me entrevistó, él preguntaba y yo respondía, a propósito de un artículo que  escribí para la lamarea.com sobre la plataforma de firmas (sic) change.org.  El artículo de Antonio tenía como objeto hablar sobre el fenómeno de las plataformas de firmas digitales en España  y al ser change.org una de las más conocidas y haber leído mi artículo quería conocer mi punto de vista.

Mi punto de vista sobre change.org, pese a haber transcurrido casi dos años de aquel artículo que escribí, no ha cambiado ni un ápice. Change.org es una empresa, casi una multinacional, de la que nada tengo que decir como empresa; espero que paguen a los trabajadores y en las oficinas haya buen ambiente.

Change.org como plataforma de firmas deja mucho que desear, más que una recogida de firmas es una recogida de e-mails o mucho mejor, es un contador de gente que deja su correo -sea falso o no- en una campaña creada con muy buena fe.

Aunque Antonio Pineda dice en su artículo que escribí un artículo  muy crítico contra change.org lo cierto es que no hay ningún ataque contra change.org. Simplemente me limito a decir que change.org tiene una facturación brutal, que tributa en un paraíso fiscal y que simple y llanamente no es una plataforma de firmas.

Dos años después, a casi un millón de euros por año, change.org sigue exactamente igual

Creo que la mejor aportación de Antonio Pineda en su artículo, que recomiendo leer, es haber descubierto que la facturación de change.org (en puridad se trata de  la empresa The Actuable Network SL) en España ascendió a casi 900.000 euros. Una cifra nada despreciable. De acuerdo, el futuro vicepresidente del gobierno Juan Carlos Monedero  facturó la mitad sin moverse de Venezuela, pero no me negarán que  es una cifra bastante llamativa para una plataforma de recogida de firmas que no tiene “publicidad” o ¿será que la “publicidad” son las propias campañas?

En su día ya expliqué el modo de funcionamiento change.org. Lo que me interesa destacar es que en dos años, DOS, no han cambiado nada absolutamente de un sistema que ha sido denunciado por no validar algo tan sencillo como la cuenta de correo electrónico que se introduce para “firmar”.

Dejo un pantallazo de una campaña en la que, según change.org, he firmado

En la siguiente captura, insisto, realizada ahora mismo, puede verse que además de aceptar mi firma (sic) me indentifica como usuario de la plataforma (sin que yo lo haya solicitado). La cuenta de correo que he introducido no existe (izquierdo.jorge@comparte.) pero a Change.org no le importa y pone el contador en marcha, tic-tac, para que de esta manera se pueda presumir del número de firmas que avalan cualquier causa, todas ellas muy nobles.

En definitiva, un buen artículo el de Antonio Pineda y una muy buena empresa multinacional change.org. Llegará un día en el que habrá activistas que cobrarán por organizar manifestaciones con extras, al tiempo.