En este caso va a ser muy sencillo, símplemente voy a utilizar dos esmaltes de uñas que me gustan mucho y que creo que combinan bien y voy a intentar darle un efecto marmoleado removiendo la pintura (que he vertido generosamente) con un alfiler.
Antes he limpiado la chapa con un algodón mojado en alcohol para quitarle cualquier tipo de residuo.
Y el resultado creo que ha quedado muy curioso.
Así que si tenéis una chapa rodando por algún cajón y queréis darle una segunda oportunidad ya sabéis.