Chaqueta de Chándal y León Benavente conquistan Tomavistas Extra

Publicado el 19 septiembre 2021 por Jmusind @jero22ind
La jornada del sábado en el Tomavistas Extra con Chaqueta de Chándal y León Benavente dejó claro que se puede volver a la normalidad. 
Jornada de sábado con dos buenos conciertos en IFEMA donde las dos bandas iban a por todas, a pesar del frío, todo estaba listo en Tomavistas Extra y no defraudaron en ninguno de los casos y la realidad es que ante todo, primó la calidad. Chaqueta de Chándal empezaban segundos más tarde de la hora prevista, con gente sentada entre el respetable, sus tres miembros llegaban con ganas de demostrar lo que son, una formación con toques algo punk (quizá no se les nota a primera vista, pero en las formas tienen esa propuesta desenfrenada que nos gustó mucho). Directo concreto, con buenos temas de su disco los dos singles (a saber La insoportable levedad del ser rico y Cayetana) donde conocimos las dos voces de este proyecto. Pero claramente no podían faltar Artículo primero ni Artículo segundo. Con estos dos temas se notaba de manera especial su potencia, como la fuerza de la batería (siempre presente) y las guitarras y teclados eran parte de su propuesta elegante.
Pero con todo, el concierto se nos hizo breve (sabemos que tienen pocos temas, pero eso no quita que queramos ver a este grupo en una sala sin restricciones). Del directo, Bajón en el Masnou pasó a ser hipnótica, en este aspecto, era parte de su hilo instrumental sonoro, sus canciones pasaban a tener ese acercamiento con los fans que pese a no conocer los temas, sentían con los pies el ritmo que estaba llegando su gran hit, A moderno resabiado no le mires el dentado llegaba en la parte del ocaso, para dejar este cañonazo para la despedida. Queremos verles en salas, queremos bailar a su ritmo sin distancia social. 
Llegaba el momento de León Benavente, su ritual para ir saliendo al escenario, mientras los rezagados llegaban a sus asientos presagiaban la llegada de una jornada especial. Llegaron al escenario con su fuerza, desde el principio estaban dispuestos a mostrar galones y su saber hacer. Cuatro monos, Amo y Como la piedra que flota eran los tres primeros cortes, quizá ese ritual de ir in crescendo, todo con sus luces, presencia en el escenario y mostrando la fuerza de sus canciones, con un sonido potente, medido en la mezcla y con la parte de bajo y batería (como siempre) en su sitio, mientras la guitarra y sintetizadores hacían el resto, dejando que Abraham sea el líder con su voz, marcando el tempo, haciendo de las canciones pequeños viajes. De este directo, super engrasado, donde acto seguido llegarían Estado provisional y Mano de Santo sentíamos que lo que querían ofrecer era ese acercamiento con el público, dado que el Tomavistas y en especial Madrid era jugar en casa. La Ribera llegaba para seguir emocionando, descubriendo que había sitio para temas no tan nuevos, pero que son parte del subconsciente de sus fans que no paraban de cantar canción tras canción, como pasó acto seguido con Ánimo Valiente, canción para rozar el climax por parte de todo el recinto.
Niño Futuro, su revisión del tema de Berrio, no solo por la razón de querer presentar el tema (y decir que estaban trabajando con nuevo material), ver a Abraham recitar esta canción, sentir a toda la banda con el respeto que tienen por este autor es algo que merece ser nombrado, recordado y sobre todo, puesto de manifiesto. Acto seguido, llega la traca final, con su segunda parte del concierto donde Ayer Salí, Tipo D, Aun no ha salido el Sol y Disparando a los caballos llegaron para introducirnos en el climax previo. Pero sobre todo, demostrando que tienen todo muy controlado, que saben que sus canciones transmiten y que ellos disfrutan, ya sea teniendo la formación conocida o ese extra de percusiones que terminan de crecer el show haciendo del mismo la propuesta de gran escenario / estadio. En el final, quedaban Gloria, La canción del Daño y como añadidos La Palabra y Ser Brigada que son dos temas de la primera etapa de la banda que no pueden faltar y que hicieron del final ese momento de comunión suprema donde la gente dejaba su voz (o lo poco que les quedaba). Todo con la ceremonia de salir por momentos para que estos dos temas en forma de última bocanada quedaran en el recuerdo.
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