Alex DeLarge es el protagonista y narrador de La naranja mecánica. A pesar de que sólo tiene 15 años, Alex es el líder de su pandilla de amigos, que básicamente se dedican a robar, violar y matar. Durante la mayor parte del tiempo Alex habla en nadsat, que es algo así como una jerga adolescente. Esa es la única dificultad que tiene la novela a la hora de ser leída, ya que cuenta con multitud de palabras inventadas que no son fáciles de aprender, sobre todo al principio del libro. Alex es sin duda un antihéroe: es un psicópata al que le encanta la violencia y que parece no tener moral, ya que verdaderamente disfruta con lo que hace. Pero, además, es muy inteligente, siente una gran pasión por el arte y por la música, y sobre todo, adora a Beethoven. Sin embargo, es muy carismático como protagonista. Una de las cosas que hacen el libro único es poder ver el mundo desde su perspectiva e incluso, al final se le termina cogiendo cariño.
-Que paz, que paz celestial, era la suntuosidad y la untuosidad hechas carne, como un pájaro de un raro metal celeste o un vino de plata fluyendo en una nave espacial. La ley de la gravedad ya no cuenta para nada, mientras escuchaba, vi imágenes maravillosas.
-Yo, yo, yo. ¿Qué hay de mí? ¿Dónde entro en todo esto? ¿No soy más que una naranja mecánica?
-El mundo no puede estar lleno de gente como yo-Lo que quería de verdad hacer, evaporarme de una vez, largarme para siempre de este mundo cruel y sin piedad, un instante de dolor una vez y después el suelo para siempre de los siglos de los siglos. -Sin lugar a dudas, estaba curado.