¡A ver quién nos dice que no pisemos los charcos!
Quien más y quien menos habréis visto miles alguna vez a Peppa Pig con su juego favorito: saltar en los charcos de barro, o los muddy puddles, como dicen mis padawanes, que aún no habían descubierto ese pequeño placer. De hecho, ni siquiera habían tenido la oportunidad de estrenar sus botas de agua. Hoy el día ha amanecido lluvioso, y tocaba ir al 'cole' con las amigas de Educarte, así que me quedé allí con los peques. Pero a media mañana ya lucía el sol, y se agradecía, así que, botas puestas, y a pasear todos.
Al principio evitaban los charcos, como si no fueran camino transitable. Aun sabiendo que para los peques no hay camino que valga, hacen camino al correr. Pero al darse cuenta de que podían pisarlos sin problema, se han desatado. La pequeña Leia, como siempre, más comedida. Pero Luke no ha parado de saltar y reír como loco. Creo incluso que es la primera vez que salta a conciencia con los dos pies. No hace falta que os diga que han acabado perdidos. Pantalones, jerseys, chaquetones... Pero, ¿qué más da? Lo han pasado genial. Lo hemos pasado genial.
El nuevo compañero del cole, el pequeño Nuco, también andaba por allí brincando con los pequeños y correteando entre las piernas. Es un cachorro y no para de jugar, como un niño más. No he podido evitar pensar en este genial viral vídeo que anda por internet hace un tiempo. Un niño pequeño, su perro, y un charco de barro. De lo más tierno y entrañable que puedes encontrarte por la red.
¡A ver quién nos dice que no pisemos los charcos!
¡A ver quién nos dice que no pisemos los charcos!