Charlatanes

Publicado el 20 enero 2016 por Wig
El mundo está lleno de charlatanes de tres al cuarto. A veces, incluso, yo mismo creo que soy un charlatán. Bla, bla, bla. Todos somos charlatanes con dos copas de más. Y los que sólo toman una, también. Necesitamos charlar, aunque sea de vaguedades, de nimias vaguedades. Bla, bla, bla. Los hay que son nocivos. Muy nocivos. Pendencieros. Lenguas viperinas que charlan sangre y blasfeman contra todo lo que se mueve. Los hay cizañas. Y los hay melancólicos. Siniestros. Bla, bla, bla. Lúgubres. Seductores. Amantes. Sinceros. Y miserables. Necesitamos charlar de nuestras cosas. Necesitamos expandir nuestro ego. Y nuestras miserias. Charlar es imprescindible para vivir. En cualquiera de sus formas y formatos. Necesitamos decirnos palabras suaves amor al oído de vez en cuando para recordarnos que estamos aquí por algo más que por el dinero. Somos Charlatanes por naturaleza. Necesitamos charlar de sexo, del que tenemos y del que no tenemos. Necesitamos de un bla, bla, bla, sin sentido; o con sentido; o consentido. Necesitamos jugar con nuestros fonemas para no convertirnos en Oscos de guturales sonidos. Queremos charlar de nuestras sensaciones y compararlas para no sufrir por ellas. Queremos que nos oigan; que nos escuchen. Charlamos por ansiedad. Por amor. Por pesadumbre. Por añoranza de compañía. Y sólo rara vez queremos que el silencio y la soledad nos invada durante un momento, un rato o unas horas... para charlar con nosotros mismos.