Charles Dickens – Citas

Publicado el 08 febrero 2012 por Jordiguzman

Coketown…era una ciudad de ladrillos rojos, o de ladrillos que habrían sido rojos si el humo y la ceniza lo hubieran permitido; pero, tal y como estaban las cosas, era una ciudad de un rojo y un negro poco naturales, como el rostro pintado de un salvaje. Era una ciudad de maquinas y de chimeneas altas, de las cuales siempre estaba saliendo interminables serpientes de humo, que nunca acababan de desenroscarse. Tenia un canal negro, y un río maloliente de color púrpura, y vastos bloques de edificios llenos de ventanas en los que a lo largo de todo el día había un traqueteo y un temblor continuos, y en los que el pistón del motor a vapor subía y bajaba de forma monótona, como la cabeza de un elefante en un estado de melancólica locura. Tenia asimismo varias calles amplias, todas muy parecidas entre sí, y muchas calles estrechas, también ellas bastante parecidas entre sí, habitadas por personas igual de parecidas la una a la otra, que salían y entraban a las mismas horas, haciendo el mismo ruido sobre el mismo suelo, para hacer el mismo trabajo y para las que todos los días, ayer o mañana, eran iguales y todos los años lo que había sido el anterior y lo que seria el siguiente.

Charles Dickens. Tiempos difíciles (1854). Ayer, con todo el lío con la página, se me olvidó esta cita del gran Dickens como homenaje y para conmemorar el 200 aniversario de su nacimiento.