Charles manson 'el emisario de satanas'

Por Crimenycriminal @crimenycriminal
En esta nueva entrada de 'CrimenyCriminologo', el escritor y abogado Uruguayo Gabriel Pombo, amigo ya de este rincón, ha tenido la gentileza de enviarnos un fragmento de su obra literaria ‘Historias de Asesinos’ en la que analiza la vida del asesino Charles Manson.
Podría discutirse si Charles Manson constituyó en puridad un asesino en serie. Incluso es posible que no haya asesinado a nadie con su propia mano, aunque hay fundadas sospechas de que sí lo hizo. Lo cierto fue que el sujeto se ganó un prominente espacio en la galería de los peores homicidas del siglo XX. Se ganó ser uno de los criminales más infames y mediáticos, considerándose al suyo, como uno de los perfiles psicóticos de mayor notoriedad en la historia de la criminología.
’Charlie’, también conocido por los motes de ‘Jesucristo’ o ‘Emisario de Satanás’, fundó una secta de hippies con el nombre ‘La Familia Manson’ o ‘El Clan Manson’, donde sus jóvenes y desorientados integrantes lo siguieron con ciega obediencia, llegando a matar en su nombre y bajo sus órdenes.
Este psicópata nació el 12 de noviembre de 1934 en Cincinatti, Ohio, Estados Unidos. Su madre era Kathleen Maddox, promiscua muchacha de diecisiete años que vivía en las calles. No se supo con certeza cuál representó la identidad del procreador del niño, aunque se especuló que el mismo fue un capitán del ejército llamado Gerard Scout, quién nunca admitió la paternidad. La progenitora interpuso una demanda contra el militar y le ganó el pleito en los tribunales, consiguiendo que se le impusiera al reticente Scout una pensión de cinco mil dólares destinados a la manutención de la criatura.


El dinero lo desperdició la alcohólica Kathleen en bebidas y drogas, por lo que el joven creció sin educación, carente de cuidados y mal alimentado. Cuando el menor tenía cuatro años su madre fue arrestada junto con un tío suyo por robar a mano armada una estación de servicio, delito que le valió una condena de cinco años de prisión. Entre tanto, el chico quedó bajo la tutela de otros tíos, quienes eran fanáticos religiosos. Algunos opinaron que su ulterior desquicio se gestó en aquel hogar. Ocurría que, pese a su religiosidad, su tío mostraba tendencias sádicas y observaba la extraña manía de enviar a Charles a la escuela vestido de niña.
En 1942 Kathleen, su madre, salío de la prisión gracias a la libertad condicional y volvió a hacerse cargo del menor. Para entonces ya era una alcohólica perdida y se dedicaba de lleno a la prostitución, atendiendo a sus clientes en su propio domicilio y practicando sexo delante del pequeño Manson. También solía dejarlo en casas de vecinos, a los cuales aseguraba que en breve regresaría a fin de llevárselo consigo, pero en realidad lo abandonaba durante días o semanas.
En 1947 la mujer lo internó en una institución para menores. El joven Manson huye diez meses después y retorna con su madre, quien lo echa de casa. Con trece años se ve forzado a sobrevivir en las calles consumando hurtos y atracos a tiendas de comestibles. Manson es detenido e ingresado una y otra vez en reformatorios, de los cuales se escapa.
En una ocasión, se fugó del internado en una granja para varones robando un coche con la idea de escapar al estado de Illinois, donde residían unos familiares. Por la carretera perpetra varios robos en estaciones de servicio. Lo apresan y lo trasladan al correccional de Pringfield, Indiana, institución muy violenta.
Al parecer, fue violado por otros presos. Explicó que uno de los guardias incitaba a los otros a torturarlo y a vejarlo, mientras disfrutaba con la escena.
En febrero de 1951 se evade de esa infernal prisión en compañía de dos internos. Roban unos automóviles y, más tarde, son aprehendidos en el estado de Utah donde lo confinan en una cárcel de mínima seguridad. Durante esa reclusión, es Manson quien se transforma en agresor. Obliga a un penado a mantener sexo con él, al tiempo que lo amenaza colocándole una navaja de afeitar en el cuello. Lo catalogan como preso de extrema peligrosidad, y es transferido a un presidio más seguro en el cual concreta tres ataques sexuales contra sendos internos.
A los diecinueve años sale del aislamiento y se casa con una enfermera dos años menor que él de nombre Jean Willis. Por primera vez sostiene un vínculo sexual normal con una mujer, y de esta unión nace un hijo. Pero la vida conyugal no le sienta bien y abandona a la muchacha, dejando de lado también sus responsabilidades como padre.
Luego contrae enlace con Cindy Stevens, apodada ‘La leona’, una meretriz de la cual Charlie era proxeneta y que había amenazado con denunciarlo. Es un matrimonio de conveniencia, aunque procrean un hijo. 

     Manson adolescente

Mientras permanece por segunda vez casado, una vez más, es recluido en la cárcel. En su nueva estancia en prisión comienza a leer y estudiar textos religiosos acerca de budismo, y se vuelve adepto a las enseñanzas de la Iglesia de la Cinesiología. Se convierte en admirador de los Beatles y de su canción ‘Helter Skelter’, la cual interpreta como inequívoca señal que lo induce a perpetrar asesinatos. Escribe en toscos cuadernos su filosofía de vida preparando un libro que titulará con el nombre de aquella canción. A partir de allí, cambia su conducta presidiaria pasando a ser un procesado modelo.
Le acortan la condena y queda en libertad condicional. Por aquel entonces le realizaron pruebas de inteligencia donde se estableció que su coeficiente intelectual era mayor de ciento veinte, rayano en el genio.
El 21 de marzo de 1967 deja la cárcel y se afinca en el barrio más hippie de San Francisco, el Haigth-Asbury, donde funda la secta que denominará ‘La Familia’. Sus estudios durante su reclusión, sumados a sus naturales dotes histriónicas, lo tornan muy carismático y atractivo para jóvenes desorientados –él ya supera los treinta años- por lo cual obtiene muchos adherentes a quienes persuade de que el Apocalipsis se avecina. En ese momento adopta para sí el alias de “Anticristo”.
Su idea esencial reside en conseguir ciento cuarenta y cuatro mil fanáticos a quienes él conducirá hacia un país fantástico existente bajo la tierra y que designa “Agartha”. El fin del mundo vendrá pronto, pues los negros obtendrán el poder revelándose y liquidando a sus opresores blancos. Pero como -según su ideario- la raza negra es inferior y proviene de los antropoides, el drogado profeta barrunta que acabarán matándose entre ellos, extremo que debe ser aprovechado por ‘La Familia’ para emerger a la superficie y gobernar el planeta con su líder a la cabeza. Por esta época, el criminal forja su carismática personalidad dirigida a captar el elemento humano ciego y maleable apto para materializar sus planes.
Conforme lo pinta una descripción al efecto:
“…sin instrucción, educación o talento ni mucho menos dotado de sentido moral, Manson quiere forzar el éxito y alcanzar un poder terrorífico. El fantasma muy preciso de su poder se le aparece, y busca en su guitarra las notas de una canción que será su preferida y comienza así: “…No hay bien ni mal. El crimen no existe. El pecado tampoco…”.
En 1968, en plena “Era de acuario” del movimiento hippie, Charlie se destaca como visionario. Sus jóvenes acólitos están convencidos de que es inmortal y que puede realizar milagros. Todos estos desvaríos se inspiran en las generosas dosis de L.S.D que ingerían. El cabecilla sabe capitalizar el sopor mental que experimentan sus discípulos, cuya demencial filosofía les explica mientras permanecen drogados.
Desde esas fechas data la ocurrencia de extraños homicidios que se atribuyeron a la banda encabezada por este antiguo penado, aunque no pudieron probarse de forma fehaciente todos estos presuntos crímenes.
El 13 de octubre la joven Nancy Warren –por entonces embarazada- y su tía de sesenta y cuatro años resultaron golpeadas ferozmente y estranguladas en el estado de California. Coincidentemente, los miembros del clan estaban cerca y los macabros actos denotaron indicios de homicidios ceremoniales.
Un mes atrás había sido raptada Marina Hate, chica vinculada al grupo. En enero de 1969 se ubica su cadáver presentando múltiples puñaladas. Sólo tenía diecisiete años.
En mayo de 1969 Darwin Scout, presunto tío de Charles por línea paterna, fue apaleado hasta morir y recibió tantas puñaladas que el cadáver quedó fijado al suelo. Según el agente encargado de controlar la libertad de Charles, el encausado había desaparecido sin dar explicaciones por esas mismas fechas. 

El 17 de julio de 1969, un adolescente de diecisiete años, Mark Wats, desaparece. Su cuerpo mostraba trazas de violencia perforado por tres disparos a quemarropa y, además, había sido reiteradamente atropellado por un vehículo. El chico estaba conectado con ‘La Familia’. Con respecto a la muerte de Mark Wats, un libro básico en el tema que nos ocupa: "Manson. Retrato de una "familia" de Curt Gentry y Vincent Bugliosi, este último fue el fiscal de la causa, se menciona al fallecido Mark Walt y no Wats e indican que "Se ahorcó en el rancho Spahn. Su hermano acusó a Manson de su muerte".
Analizando con Gabriel Pombo la muerte de Mark Wats o Walt, observamos curiosamente, que el Modus Operandi utilizado por su victimario seria muy similar al del asesino Zodiac, disparando a quemarropa a su victima. Y es cuando nos encontramos con una de las tantas extrañas teorías acerca de la posible identidad de Zodiac Killer , donde se postula a Bruce McGregor Davis como el Asesino del Zodíaco. Este sujeto fue uno de los seguidores de Charles Manson e intervino en varios asesinatos. De otro modo, Wats, de haber fallecido por suicidio o asesinato en el rancho donde estuvieron residiendo los hippies excluye al Zodíaco como su posible homicida.

Sharon Tate

A diferencia de estas muertes de las cuales hay severas sospechas sobre la culpabilidad del líder y sus seguidores, aunque no la certeza plena, el brutal atentado que haría más tristemente célebre a esta secta está plenamente comprobado. Fue el 8 de agosto de 1969. Las victimas: la sensual y embarazada actriz, Sharon Tate (esposa del cineasta Roman Polanski), Jay Sebring, Voytek Frykowski y Abigal Folger.
A su vez, Earl Parent, de dieciocho años, quien por casualidad había ido a visitar al cuidador de la residencia, resultó acribillado a balazos dentro de su propio coche.
Charles Manson había impartido la orden de exterminar a todos los “cerdos” que hallaran dentro de aquella mansión. Charles “Tex” Watson y tres miembros femeninos del clan –Susan Atkins, Patricia Krewinkel y Leslie Van Houten- constituyeron los autores materiales de la masacre. Con la sangre de sus víctimas los homicidas pintaron en las paredes frases como “Muerte a los cerdos” y “Alzaos”, a manera de mensaje para incitar a la comunidad negra a un levantamiento masivo y violento contra los blancos. La distribución de los cuerpos traía reminiscencias satánicas. Además, el cónyuge de Sharon había rodado una película burlándose de los cultos demoníacos y se rumoreó que varias sectas lo habían amenazado. 


Trío de asesinas: Susan Atkins, Patricia Krewinkel y Leslie Van Houten

Días más tarde, el dictatorial jefe volvió a impartir órdenes de matar. Leno y Rosemary La Bianca fueron reducidos por Manson que les aseguró que nada debían temer y se retiró de la finca, no sin antes apercibir a Tex Watson y a las mujeres que no se olvidaran de liquidar a los cautivos.
Susan Atkins, una de las victimarias, fue detenida bajo la sospecha de ser cómplice en el homicidio del músico Gary Hinman, a quien para robar torturó y asesino por mandato de Charlie su secuaz Bobby Beausoleil.
La joven se jactó ante una compañera de celda de su intervención en los crímenes cometidos en las viviendas de Sharon Tate y del matrimonio La Bianca. Aquella reclusa no la delató, aunque le contó la historia a otra presa que sí se animó a formular la denuncia. A partir de la cual irían cayendo uno a uno en manos de las autoridades todos los integrantes de la cofradía, incluido su mandamás.
Este cabecilla fue capturado, tras una redada practicada por la policía. Manson se halló oculto debajo del fregadero de la cocina del rancho que los hippies ocupaban.
En su espectacular juicio criminal el demoníaco cabecilla concitó la atención nacional e internacional, y la prensa y el público siguieron con expectante avidez cada alternativa.
Finalmente Charles Manson fue condenado a cadena perpetua y continúa recluido hasta el presente. Igual suerte corrió el resto de los ejecutores, mientras que a otros sectarios que no participaron directamente en las matanzas les fueron impuestas penas más leves.
Una de las tantas sorpresas que el reo le diera al jurado y a sus juzgadores radicó en su determinación de defenderse a sí mismo prescindiendo de un letrado.
Con respecto a ese episodio, en su extenso y documentado libro acerca de este perverso iluminado y sus fieles discípulos, el fiscal de la causa, Vincent Bugliosi, consignó:
“…Manson sorprendió a todos diciendo que el también quería declarar. De hecho quería subir al estrado antes que los otros… Estuvo hablando tan bajo que los espectadores que llenaban la sala tenían que inclinarse hacia delante para poder oírle. Pero después de pocos minutos, la voz cambio, se fue haciendo más fuerte, más animada y, como ya había descubierto con mis conversaciones con él, cuando esto ocurría parecía que su rostro también cambiaba. Manson el Don Nadie, Manson El Martir, Manson el Maestro, Manson El Profeta. Fue pasando por todas estas y más personalidades. A veces la metamorfosis ocurría a mitad de una frase, mostrando en su rostro las diferentes emociones, hasta que fue, no una cara, sino una especie de calidoscopio de diferentes caras. Cada una de ellas real, pero solo durante unos instantes…” 

Lynette Fromme

La hija rebelde de una familia acaudalada, Lynette Fromme, se hizo cargo de ‘La Familia’ tras el encarcelamiento del jefe y sus cómplices. En 1975 intentó matar al Presidente norteamericano Gerard Ford, mediante un gesto que buscaba atraer la atención pública en pos de lograr la liberación del cabecilla. Al ser juzgada, la chica se excusó alegando haber actuando recibiendo órdenes telepáticas dictadas por su líder.
El mismo argumento defensivo lo había esgrimido anteriormente Susan Atkins, quien pretendió haber concurrido a los domicilios de las víctimas bajo estado de hipnosis. Esta ejecutora resumió el influjo que el gurú ejercía sobre las mentes de sus discípulos sirviéndose de un inspirada frase: “Puede golpearnos a distancia”
Aparte de las mortíferas acciones relatadas, el clan ha sido conectado con numerosos incidentes de tráfico de drogas, pornografía infantil y prácticas satánicas, mediando denuncias de sacrificios humanos acaecidos antes y después de la reclusión de su demencial patriarca.

Charles Manson en la actualidad.

A Charles Manson se le ha denegado hasta en once ocasiones su petición de libertad condicional. Entienden las autoridades californianas que habría serio riesgo de huida del penado si fuese puesto en libertad condicional.