Charlie Crews, una breve e intensa vida

Publicado el 25 marzo 2010 por Rebecasanchez
Life tuvo la mala suerte de venir al mundo durante la temporada de la huelga de guionistas y además de eso de pertenecer a la NBC. La huelga de guionistas cortó su primera temporada y la cadena, empezando su particular descenso al infierno, la canceló tras dos temporadas a pesar de la calidad del producto.

Life era un procedimental. Su protagonista, Charlie Crews (un estupendo Damian Lewis) es puesto en libertad tras pasar doce años en prisión por un delito que no había cometido. Con una sustanciosa indemnización en el bolsillo y la placa de detective, Crews regresa a su trabajo con la policía de Los Angeles. Su nueva compañera será la detective Dani Reese (la guapísima SarahShahi ).

Charlie fue condenado en 1995 acusado de asesinar a su amigo y socio y a su familia. Desde ese momento la vida de Crews se convirtió en un inferno. Sentenciado a la perpetua en una de las penitenciarías más duras del país, Pelican Bay. Allí tuvo que sobrevivir. Un poli entre presos. Lo molieron a palos, lo atacaban constantemente, le rajaron unas cuantas veces. El recluso Crews pidió que lo separaran del resto de los reclusos en una celda de aislamiento. Allí Charlie se volvió duro y sobrellevó la prisión gracias al Zen. Años más tarde la abogada Constance Griffiths consiguió que lo pusieran de nuevo en libertad y reconocieran su inocencia gracias a unas pruebas de ADN. Tras doce años sin amigos, su mujer, sin contacto con el exterior... Charlie Crews volvía a la vida.

Ahora rico y con trabajo el detective Crews aplica las enseñanzas zen a la vida y los casos. Le encanta comer fruta fresca porque en la cárcel nunca jamás la ponían, los buenos coches y las mujeres. En apariencia Charlie es un hombre agradable, simpático, con un particular punto de vista y una moralidad que chocan con las ideas de los demás policías del departamento. Claro que ellos no se han pasado 12 años en la cárcel entre criminales y asesinos. Crews si y sabe un par de cosas. Aunque no sepa que los móviles sacan fotos ni como usar un ordenador. Tras ese tiempo entre rejas la tecnología ha evolucionado a un ritmo que a Crews le cuesta seguir.

Por otro lado Crews buscará obsesivamente al autor del asesinato y a los que organizaron el montaje que lo llevó a la cárcel. Es una venganza que lo mantiene alerta.

Su nueva compañera, Dani Reese, está jodida. A prueba en el departamento tras un serio problema con el alcohol y las drogas. Su teniente intenta manipularla para que le cuente cosas sobre Crews y así expulsarlo del cuerpo. La relación con su padre es complicada y bastante tensa. Y luego está Crews al que no consigue comprender y que consigue exasperarla con mucha facilidad ya que no se está nunca callado.

¿Y por qué me gusta Life?

Por la relación Crews – Reese me parece una de las más logradas dentro del mundo de los procedimentales. Él siempre observándolo todo con su infinita curiosidad y su media sonrisa. Sujetando una manzana. Pensando en que todo está conectado. Ella ruda y silenciosa, un volcán de furia siempre a punto de estallar. No podrían ser más opuestos. Ella reservada, él dicharachero. Ella desordenada, él ordenado. Pero se complementan, funcionan como equipo y con el pasar del tiempo se establece una perfecta simbiosis entre ambos caracteres hasta convertirse en uno, “porque uno más uno no son dos, es uno, y a eso se le llama amor”. No hablo de amor romántico sino de profunda amistad, camaradería. Durante la segunda temporada, esa época en la que ambos estuvieron separados (el embarazo de la actriz llevó a los guionistas a apartarla sutilmente) y mantenían el contacto por teléfono me encantó.

Por el uso de la luz. Todo es luminoso y claro. A pesar de la violencia, la muerte todo está rodeado de luz brillante, porque Los Ángeles es una ciudad cálida, con mucho sol. Porque las imágenes obtienen así mucha belleza, están inmaculadas. Charlie era inocente y sufrió, Reese era policía y también sufrió... y en la ciudad siempre hay alguien que padece pero bajo esa magnífica claridad parece que la redención es posible, que el cielo está al alcance de la mano.

Por Ted y Charlie. Ted (Adam Arkin) era un hombre de negocios rico que terminó en prisión por robar dinero que no le pertenecía. Allí conoció a Charlie, el cual le salvó la vida y le ayudó a aguantar en la cárcel. Tras salir de prisión Charlie lo buscó y ahora vive encima del garaje de su fabulosa y vacía mansión mientras administra sus bienes. Ted es buena persona simplemente cometió un error. Siempre estará dispuesto a ayudar a Charlie. Me gusta esa lealtad.

Porque en la segunda temporada aparece un nuevo capitán llegado de Nueva York (interpretado por Donal Logue) que me encanta y me hizo reír mucho. Además de que su acercamiento a Reese me parece adorable. Además el día en que ví a Reese sobre él con un chupa en la mano y las botas me pareció la cosa más sexy del mundo.

Por los momentos a modo documental donde varios personajes hablan de Crews y su historia. Que se dan mucho durante la primera temporada. Están muy logrados.

Aunque no todo son maravillas en la serie hay cosas que no me gustaron como la desaparición de personajes sin explicación o de manera precipitada. Dejar de usar el modo documental durante varios capítulos. El malo ruso, todo un estereotipo. Y su cancelación. Sin duda los defectos de la serie provienen en gran medida de la precipitación de la trama debido a la cancelación. Los guionistas tuvieron que reducir y centrarse en la trama principal para poder dar un final cerrado y es una auténtica lástima porque la serie iba muy bien encaminada con el misterio principal y los casos semanales a resolver.

Charlie Crews tuvo una serie breve pero intensa. Al menos pudimos disfrutar de su presencia durante dos temporadas y alegrarnos el día gracias a sus sentencias zen, su humor y sus excentricidades. Lo voy a echar de menos.