Charlie Hebdo: sarcasmo y fundamentalismo

Por Verdi0381
                                                     

                                                                  Caricatura propiedad del blog
El humor es uno de los rasgos de nos diferencian de las bestias. No recuerdo al autor de la anterior sentencia, pero es verdad que saber reírnos de nuestros propios defectos, es signo de inteligencia. Sobre Alejandro Dumas, hijo, autor de El Conde de Montecristo, recayeron acusaciones xenófobas en la Francia del siglo XIX. Se sabe que descendía de una esclava africana y por eso algunos críticos le zaherían con caricaturas y perlas como estas: 
«He escuchado, señor Dumas, que dicen que su abuela era una negra y su abuelo, un gorila: ¡vaya ancestros los que tiene!», le dijo un malicioso hombre. «Desde luego —replicó Dumas—. Siendo yo descendiente de negros, monos y gorilas, se puede ver que me he superado bastante en mi vida, incluso hasta llegar a escribir novelas; pero usted señor, parece que no ha hecho nada de provecho con la suya, porque bien visto: ¿ante  quién y de qué puede jactarse?»
Este episodio humorístico, por desgracia no puede tener cabida en la Francia del siglo XXI. Con una creciente comunidad árabe en los distritos de París, las tensiones y la intolerancia han alcanzado sus máximos límites. Queda claro que una cosa es la crítica y el sarcasmo inteligente, y otra muy distinta, la barbarie. Es hora de reflexionar acerca de los alcances del humanismo religioso y secular.
                                                         Viñetas satíricas de Charlie Hebdo
El miércoles 7 de enero de 2015, pasará a la historia como el día de la infamia. Un grupo de terroristas armados ingresan a las instalaciones del fanzine satírico Charlie Hebdo, disparando contra diez personas, incluidos los caricaturistas responsables de la publicación. También mueren dos policías. Dos días después, los asesinos —miembros de facciones fundamentalistas islámicas— son abatidos en una operación policial de rescate de los rehenes, que habían tomado cerca a París.. Francia a comienzos de 2015, está en vilo como Estados Unidos en 2001, a manos de Al Qaeda.
Gran parte de la opinión pública francesa e internacional está ahora dividida. Las preguntas del día son: ¿Es justificable el lenguaje ofensivo contra la religión musulmana? ¿Se puede ser políticamente correcto sin pagar las consecuencias? ¿A qué nivel de barbarie están dispuestos a llevar al mundo los fundamentalistas islámicos?
                                    Las caricaturas que desataron el odio de los extremistas islámicos
Se supone que las libertades individuales y colectivas tienen unas fronteras delimitadas por la ética y la inteligencia individuales. Es poco lo que los gobiernos pueden hacer contra el cáncer del terrorismo. La masacre de Charlie Hebdo pasará sin duda a la historia, como un acto barbárico, atroz; es condenable a todas luces. Queda flotando la pregunta: a sabiendas de la insania, las delirantes atrocidades cometidas por los yihadistas en el mundo desde 2001, ¿no midieron las consecuencias los periodistas de Charlie Hebdo?
El mundo cada vez es menos tolerante a las chanzas fuertes. Infortunadamente, ya no se replican las ofensas con frases elegantes, ni se rompen o se queman libros simbólicamente, ni siquiera en Francia, cuna de la libertad: los fundamentalistas ideológicos quieren matar el sarcasmo; quieren devolvernos al tiempo de Torquemada y de los nazis.