Changyu Pioneer Wine Co.
Chateau Changyu Castel 2005
100% Cabernet Gernischt
12% Grad. Alc.
Yantai Vineyard, Shandong, China.
Aquella tarde no quería ir al centro comercial outlet de New Westminster, ciudad vecina de Burnaby, a quince minutos de tren y conexión con bus. Lo único que particularmente me llama la atención en ese lugar es una heladería buenísima, pero, caminando por ahí encontré una liquor store que no es la clásica BC, y ahí me deparo con otras diferentes marcas y variedades de cervezas y con este exótico vino tinto de la República Popular China.
Ya había leído sobre vinos producidos en China, pero hasta ahora nunca nos habíamos topado con alguno. El año es algo lejano, 2005, pero motiva más la curiosidad de cómo será un tinto chino, así que no nos lo pensamos mucho y nos hicimos con una botella.
Obscuro, negro al centro, bordes violáceos, denota mediana corpulencia, no llega a ser translúcido, pero tampoco es un caldo totalmente impenetrable a la vista, forma lágrimas pequeñas de poca persistencia.
Frutos negros, ciruelas, higos, café, menta, aroma de poca persistencia.
En boca, leve corpulencia, frutos negros, higos, ciruelas negras, de una acidez a flor de piel; fresco. De final mediano, retrogusto a café, levemente mentolado.
Adquirido en Queensborough Landing Liquor Store de New Westminster a 27 Justin’s, para mí tiene una aceptable rpc, ya para Cris tiene una mala rpc. Cris ya me espetaba: com 21 contos compramos um Montes Alpha, e esse aquí costou 27!! Yo ya valoro la experiencia de conocer algo totalmente diferente, inclusive de una cepa que hasta antes de esta botella ni sabíamos que existía.
Según la etiqueta posterior la vinícola data de 1892, fundada por Mr. Chang Bishi, de ahí el Changyu del nombre, que juntando los ideogramas significa “prosperidad”. Además del sabor y aromas, lo que nos encanta de los vinos son estas pequeñas historias que se tejen alrededor. Curiosamente los únicos tres ideogramas que aparecen en las etiquetas son los que se pueden apreciar en la frontal. Atrás sólo en inglés y francés, como es de praxe en cualquier producto ofertado en Canadá.
No sólo sorprende que sea de China, sino también que aún esté vivo, que esté bebible, claro, aquí en British Columbia no conozco una sola licorería que no tenga a buen resguardo sus productos: temperatura, luz, manoseo inclusive. Aunque no es para volverse loco, no está nada mal.
Interesante, como mínimo.