Hace poco murió la legendaria Chavela Vargas a sus 90-y-pico de años, y la noche de su muerte mi comadre mexicana tocó a mi puerta llorando con una botella de tequila. Mientras nos dimos unos tequilazos, me contó la historia de como cuando en décadas pasadas nadie se atrevía a hablar de la homosexualidad en México, una lesbiana costarricense transplantada, LA GRAN CHAVELA VARGAS, le cantaba rancheras a las mujeres aún bajo amenaza de ser arrestada.
La ex-amante de Frida Kalho nunca se avergonzó de cantar siempre como un macho y le abrió el paso a la gente gay de futuras generaciones.
Por eso, el próximo tequilazo que se den, dénselo a la memoria de Chavela y cuenten la historia de su buena honra, valentía, y orgullo.