Ratifican crecimiento de economía venezolana El pueblo tendrá que escoger entre seguir el camino de la liberación de la patria o volver a la era de las masacres, afirmó Chávez ante una multitud concentrada en la parroquia Petare, estado Miranda.
Allí se rindió homenaje a los caídos durante la rebelión popular del 27 de febrero de 1989 contra del paquete neoliberal del Gobierno de Carlos Andrés Pérez.
A 22 años de los sucesos conocidos como el Caracazo, el jefe de Estado instó a la juventud y a su gabinete a acelerar el trabajo para conformar el polo patriótico que confrontará a la oposición en las próximas elecciones presidenciales de diciembre de 2012.
Ustedes podrán oír a la derecha decir que son los demócratas, pero ellos representan la antidemocracia. Nosotros somos el cuerpo, los nervios y el alma de la democracia venezolana!, exclamó el dignatario.
Tenemos -dijo-que cuidar la patria para que nunca más caiga en manos de los que la mancillaron. Hoy la Patria renació de las cenizas.
De igual forma, Chávez llamó a los sectores conservadores del país a desistir de cualquier escenario violento y advirtió que la organización popular hará imposible que se lleven a cabo acciones de desestabilización.
Rechazó los señalamientos de las fracciones de la derecha venezolana que acusó a su gobierno de ser "una fábrica de pobres" y recordó que durante los últimos 12 años se redujeron los altos índices de pobreza y desigualdad dejados por la IV República.
Según comentó, es increíble que sigan repitiendo eso. La máquina de producir pobres se llama capitalismo y esa fue la causa fundamental de la rebelión del 27 de febrero de 1989.
Ese día el pueblo salió a las calles para protestar contra la miseria, el hambre y la exclusión, subrayó, y en ese sentido, ratificó el compromiso de su gobierno por lograr un nivel de vida adecuado y condiciones de dignidad para todos.
Satisfacer las necesidades de los venezolanos es el mayor compromiso de esta Revolución, añadió.
Chávez invitó al pueblo a seguir trabajando en la construcción de una nueva historia de justicia y de conciencia, que reivindique a los hombres y mujeres luchadores masacrados el 27 de febrero.
Trabajemos muy duro con el Gobierno, con los movimientos sociales, los partidos socialistas y aliados en la preservación y fortalecimiento de la unidad, por encima de nuestras fallas.