Chávez en defensa de la humanidad
Por Lillian Alvarez
“…organizar una red de pensadores y de pensamientos que vayan conformando una fuerza crítica, creadora, transformadora, que levanten las antorchas que iluminen el nuevo tipo de pensamiento que requiere la humanidad”.
Hugo Chávez Frías (Discurso en la apertura del Encuentro de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, Caracas, diciembre de 2004)
Era un momento de enorme peligro: George W. Bush había anunciado en West Point que los Estados Unidos debían estar preparados para invadir en una guerra relámpago “sesenta o más oscuros rincones del planeta”, y las tropas de ocupación estadounidenses avanzaban triunfalmente en Bagdad en busca de las “armas de destrucción masiva” que nunca aparecieron. En Miami los grupos extremistas repetían una consigna: “Irak ahora, Cuba después”.
Había que influir en la opinión pública internacional y contrarrestar en alguna medida el nefasto papel de los medios de comunicación al servicio de un imperio cada vez más agresivo. En octubre de 2003, en México, se organizó el primer evento. Luego, en España, en Oviedo, Gijón y Avilés, tuvo lugar el seminario “La Humanidad Frente al Imperialismo”, y sus participantes se adhirieron a las declaraciones resultantes de la cita mexicana. Ambos encuentros tuvieron como inspiración histórica el Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura, celebrado en Valencia, Madrid y Barcelona, en 1937, en plena Guerra Civil española.
En Caracas, en diciembre de 2004, la red alcanzó la mayoría de edad. Convocados por la Revolución Bolivariana, se reunieron en esta ciudad, provenientes de cincuenta y dos países, más de cuatrocientos representantes del pensamiento anti hegemónico y de la cultura de la resistencia antiimperialista y anticolonial. Se logró elaborar un programa muy completo en 10 mesas de trabajo que derivaron en otros tantos ejes temáticos para la labor futura de la Red. Y resultó decisivo el intercambio con el presidente Chávez.
Algunos participantes llegaron a Caracas con ciertas reservas ante aquel nuevo líder. Les preocupaba su condición de militar y el hecho de que no provenía de ninguna fuerza progresista reconocida. Muy pronto descubrieron en Chávez a un hombre de inteligencia excepcional, abierto, espontáneo, directo, ajeno a todo formalismo, hecho para el debate, el análisis, la discusión, con un dominio muy notable de la historia de su patria, del continente y del mundo y un cúmulo de lecturas que incluía, sin exclusión, sin ningún tipo de dogmatismo, todo el pensamiento de la izquierda. También pudieron visitar los cerros, ver de manera directa la obra que venía haciendo el proceso bolivariano con la población más pobre y marginada y comprobar que aquel líder hacía lo que decía.
De este modo, aquella idea de González Casanova y otros amigos de México, respaldada decisivamente por Fidel desde sus orígenes, encontró en Chávez un impulsor extraordinario. Fue memorable su convocatoria a pasar a la ofensiva:
“No hace falta ser militar para saber que la mejor defensa es el ataque. Por eso, la humanidad debe pasar a la ofensiva. Pero toda ofensiva requiere un plan, una estrategia, unos actores coordinados, estructurados, conscientes. Y también se requiere saber hacia dónde va la ofensiva, quién es el oponente principal o los oponentes principales”.
Y así quedó expresado en la Declaración Final de Caracas:
“Es necesario pasar a la ofensiva con acciones concretas. La primera de ellas, decidida en este Encuentro, consiste en crear una red de redes de información, acción artística, cultural, solidaridad, coordinación y movilización que vincule a intelectuales y artistas con los Foros Sociales y las luchas populares, y garantice la continuidad de estos esfuerzos y su articulación en un movimiento internacional “En defensa de la humanidad”.
Y más adelante la Declaración concluye:
“La realidad venezolana demuestra que la movilización popular es capaz de conquistar y mantener el poder para el pueblo y promover y defender grandes transformaciones en su beneficio. Nuestra gratitud al gobierno bolivariano, al pueblo de Venezuela y a su presidente, Hugo Chávez, por su compromiso con el futuro de este movimiento internacional”.
Ahora, cuando la obra de Chávez se ha hecho mayor y más visible, cuando su estatura como líder mundial es indiscutible, tenemos ante nosotros el Plan de la Patria para la Gestión Bolivariana Socialista 2013-2019, un documento programático admirable por su alcance e integralidad.
En el Plan de la Patria se nos revela, como mismo diría él, esa “fuerza crítica, creadora, transformadora”, del “nuevo tipo de pensamiento que requiere la humanidad”.
En esta ocasión queremos proponer un cotejo entre los ejes temáticos de la red En Defensa de la Humanidad, y los principales objetivos del Plan de la Patria. Es fácil advertir una gran coherencia y una visión común
Eje temático número 1: “En defensa de nuestro planeta”
El Objetivo V del Plan de la Patria se plantea: “Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana”. En éste encontramos varias directrices que van a la raíz misma de la crisis medioambiental y enfocan integralmente sus soluciones: el socialismo como única opción frente al modelo capitalista depredador e insostenible; la necesidad de una nueva ética socio-productiva que transforme los patrones de producción y consumo; la lucha contra la mercantilización de la naturaleza; el impulso de una visión propia desde el Sur respecto a los temas medioambientales, en los que se han desarrollado también nuevos mecanismos de dominación y dependencia.
Eje temático número 2: “En defensa de la Integración de los Pueblos”.
En este aspecto, tema central del ideal de Bolívar y del presidente Chávez, se plantea el Objetivo histórico IV que se propone “Contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional en la cual tome cuerpo un mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria”; y otras directrices concretas para el trabajo futuro: El fortalecimiento de acuerdos en el marco de PetroCaribe, del ALBA y su Zona Económica, del Sistema Unitario de Compensación Regional (SUCRE) y del Banco del Alba; la consolidación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y la necesidad de reimpulsar foros de unión inter regionales Sur – Sur, y de fomentar convenios interculturales de integración.
Con respecto al eje temático 3, “En defensa de una Economía Emancipadora”, encontramos un Objetivo histórico, el número II, “Continuar construyendo el Socialismo Bolivariano del siglo XXI en Venezuela, como alternativa al modelo salvaje del capitalismo y con ello asegurar la “mayor suma de seguridad social, mayor suma de estabilidad política y la mayor suma de felicidad”, para nuestro pueblo”. Este aspecto está también desarrollado en las directrices que plantean, en lo nacional, insertar nuevos esquemas productivos y una cultura económica asociados a relaciones de producción e intercambio complementarias y solidarias, inclusivas, y, en lo internacional, la reducción, a niveles que no comprometan la Independencia Nacional, de todo tipo de relaciones ya sean económicas, tecnológicas o financieras con los centros imperiales de dominación.
Sobre el eje temático 4, “En defensa de la Soberanía y la Legalidad Internacional”, aparecen expresiones concretas. La más importante, expresada en el Objetivo Histórico I: “Defender, expandir y consolidar el bien más preciado que hemos reconquistado después de 200 años: La Independencia Nacional”. Luego, otros más específicos: preservar y consolidar la soberanía sobre los recursos naturales estratégicos y sobre el manejo del ingreso nacional; lograr la soberanía alimentaria; fortalecer el poder defensivo nacional para proteger la Independencia. En lo internacional, se destaca el empeño por desmontar el sistema neocolonial de dominación -ejercido a través de tratados multilaterales e instituciones que limitan la soberanía de los países- y la necesidad de establecer alianzas para neutralizar las acciones del poder hegemónico en los organismos internacionales.
Con respecto al eje 5 “En defensa de la Unidad en la Diversidad y la Cultura”, se definen varias directrices esenciales: “Potenciar las expresiones culturales de Venezuela y de Nuestra América en toda su heterogeneidad y diversidad étnica, basándose en el respeto y en la integración a la vida nacional de las minorías y pueblos originarios”. También se propone contrarrestar la producción y valorización de elementos culturales y relatos históricos dominantes y promover su recepción critica y desarrollar la educación intercultural bilingüe.
Muy relacionadas con el eje 6 “En defensa de la Participación Popular” están los objetivos siguientes, dedicados a promover la participación de todos y todas sin distinción, en todas las esferas de la vida social: consolidar el protagonismo popular en las manifestaciones culturales y deportivas; promover la activa participación política de mujeres, jóvenes, obreros, campesinos, pueblos indígenas, afrodescendientes y grupos sexodiversos y luchar contra toda forma de discriminación.
A propósito del eje temático 7 “En defensa de la Veracidad y la Pluralidad informativa”, es importante recordar que, a partir del debate de estos temas en la Red EDH, el presidente Chávez decidió impulsar el proyecto de Telesur. El Plan de la Patria se propone: “Garantizar el derecho al acceso y libre ejercicio de la información y la comunicación veraz; fortalecer el uso responsable y crítico de los medios como instrumento para la transición al socialismo; fortalecer la soberanía comunicacional; consolidar la regulación social de los medios; actualizar y desarrollar las plataformas tecnológicas; impulsar el nuevo orden comunicacional latinoamericano y caribeño y de todo el Sur para asegurar una información veraz sin el filtro deformador de las grandes empresas imperialistas; expandir la señal de la Radio del Sur; fomentar las redes de cadenas informativas alternativas y comunitarias en la región, así como el uso de las redes sociales”.
En cuanto al eje 8 “En defensa del Conocimiento para todos”, el Plan de la Patria se propone: “Aprovechar las potencialidades y capacidades nacionales; impulsar la generación de un conocimiento científico, tecnológico e innovador que responda a problemas del sector productivo nacional y las necesidades del pueblo; fortalecer y profundizar la Soberanía Tecnológica; consolidar el derecho constitucional a la educación universitaria para todas y todos; consolidar la capacidad soberana e independencia científica y tecnológica para garantizar la disponibilidad del talento humano y los recursos científico-técnicos e insumos para la salud de la población; así como utilizar óptimamente las bibliotecas públicas y escolares para la difusión de la cultura.
El eje 9, “En defensa de la Paz” tiene también un importante reflejo en el Objetivo Histórico IV: “Contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional en la cual tome cuerpo un mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria”. Aparecen además otras directrices concretas para el trabajo futuro: promover la resolución armoniosa y cooperativa de las delimitaciones pendientes, entendiendo la estabilización de las fronteras como elemento de unidad y de paz; impulsar la diplomacia de los pueblos y la participación de los movimientos populares en la construcción de un mundo pluripolar y en equilibrio; mantener vigilancia sobre la agenda del Consejo de Seguridad para evitar la incorporación de los temas ambientales y humanos como temas de “seguridad internacional”;y, en lo interno, la Venezuela bolivariana se plantea promover la justicia de paz comunal como herramienta para respaldar la convivencia pacífica y favorecer la práctica de la solidaridad y el amor.
En cuanto al eje 10 “En defensa de la Memoria”, aparecen las siguientes líneas: “Impulsar la producción de críticas a las formas culturales y a las reconstrucciones históricas dominantes y de textos escolares que formen en esta visión a las nuevas generaciones; promover y registrar la memoria histórica de grupos sociales y étnicos subalternos; formar expertos populares en la salvaguardia del patrimonio cultural popular y de la memoria histórica; entregar a bibliotecas públicas y escolares materiales sobre la historia de los grupos subalternos, la memoria histórica popular, las culturas regionales y étnicas de Venezuela.
A modo de conclusión podemos afirmar que el Plan de la Patria constituye la aplicación a un programa nacional –aunque trascendente- de los principios abrazados por la Red En defensa de la humanidad desde sus orígenes.
Llama la atención el profundo carácter independentista, pues todos los objetivos de de una u otra forma están orientados a consolidar una nación soberana, que no dependa en ningún sentido de los países poderosos y de los mecanismos internacionales de dominación.
También es destacable su ímpetu descolonizador, tanto en lo nacional, al reivindicar a la mujer y al hombre sencillos en toda su dignidad, como en lo internacional, al apartarse de instituciones e instrumentos normativos internacionales de corte colonial y al denunciar asimismo las maniobras de manipulación contra los países del Sur. Esta vocación descolonizadora se expresa especialmente al proponerse subsanar las exclusiones discriminatorias y dar un protagonismo nunca dado a las expresiones de la cultura popular.
Es de gran significación el hecho de que dentro del objetivo V, que aborda la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana, se aborden los aspectos relacionados con la cultura como parte inseparable del ser humano y la necesidad de valorizar, defender y proteger el patrimonio histórico y cultural. Muy significativo es el papel que se le otorga a la búsqueda de la hegemonía cultural, al plantearse la construcción de alternativas y el desmontaje de los modelos culturales y relatos históricos excluyentes.
Es significativo en el contenido del Plan su carácter marcadamente incluyente, opuesto a toda forma de discriminación, y el fomento de estrategias de resistencia y emancipación. De igual manera, hacia el exterior, es eminentemente integracionista, solidario, y rompe con toda posición de subordinación, buscando a toda costa potenciar las relaciones con países del Sur.
Con estas coincidencias entre los ejes temáticos de la Red EDH y el Plan de la Patria, se revela una vez más la coherencia del pensamiento de Chávez, su anticolonialismo, su antiimperialismo, su sentido emancipatorio y su carácter patriótico y al mismo tiempo internacionalista. En este documento se combinan conceptos de trascendencia vital con un plan muy abarcador de acciones concretas y donde todo, lo estratégico y lo táctico, la visión ideológica y el quehacer político, se sustentan en una plataforma ética impecable. No es un plan defensivo: todo lo contrario. Aquel llamado que Chávez hizo a la Red en diciembre de 2004, está en el espíritu de este documento: El Plan de la Patria pasa a la ofensiva en todos los frentes, y eso constituye una garantía para la victoria.
Fuente: Capítulo Cubano En Defensa de la Humanidad
“El legado de Chávez”: Declaración Final del X Encuentro En Defensa de la Humanidad
Los participantes en el X Encuentro Internacional de intelectuales, artistas, luchadores sociales, líderes religiosos y ecuménicos En Defensa de la Humanidad reconocen y valoran en el “Plan de la Patria. Programa del Gobierno Bolivariano 2013-2019”, una propuesta innovadora para la idea y la acción revolucionaria y antiimperialista; para la lucha por la paz, por la salvación de la especie humana, por los derechos colectivos de los seres humanos y de la naturaleza.
El cambio integral que sustentó el Comandante Hugo Chávez se basa en una propuesta ética y política de igualdad y diversidades, que debemos profundizar e impulsar, hasta lograr el total desmantelamiento del patriarcado, la homofobia, el racismo y cualquier otra forma de discriminación.
El pensamiento y la acción de Hugo Chávez representan una nueva concepción ética respecto de los derechos universales de las generaciones presentes y futuras, y una recuperación de la política, de su razón amorosa, de su sentido universal, humano y bello. Chávez dotó de una nueva savia interior a la bandera de los pobres en su lucha secular por la libertad y la justicia.
El Presidente Chávez inaugura otra época histórica continental. Su ejecutoria significó un factor de equilibrio regional y de paz. Chávez realizó una obra pedagógica que transformó la relación orgánica con su pueblo, formando valores éticos y políticos que trascendieron al ámbito latinoamericano y mundial.
Chávez restituyó a los pueblos el sentido de la dignidad, nos devolvió la Patria y la identidad. La independencia, la democracia, el antiimperialismo y el socialismo se volvieron inseparables y adquirieron un sentido regional, gracias a una gestión creadora y diversa en pos de la unidad de los pueblos.
La sólida unión de los sectores revolucionarios y humanistas, y la perspectiva socialista constituyen la muralla por excelencia a la contraofensiva mundial imperialista, económica, política, mediática, que amenaza la paz mundial.
Nuestro compromiso con el legado de Chávez nos exige expandir a escala mundial nuestro movimiento orgánico, que, además de resistir, pase al contraataque de los fundamentos del neoliberalismo, expresión contemporánea del capitalismo. Debemos también profundizar el trabajo en redes, el desarrollo de herramientas comunicativas y mediáticas efectivas, los contactos sistemáticos, la concertación de acciones y el análisis constante de los procesos políticos, sociales y culturales. Tendremos que seguir bregando por el cambio espiritual y moral, por la certeza colectiva de la justeza de nuestro proyecto, pleno de sentido frente a la barbarie y la guerra. Luchar hoy contra el capitalismo es luchar por la humanidad y por la vida.
¡Chávez vive, la lucha sigue!
Caracas, 26 de marzo de 2013
Tomado de Red en Defensa Humanidad por Venezuela