Chávez nuestro

Publicado el 14 septiembre 2014 por Alejandropumarino

Chávez nuestro que estas en el cielo, en la tierra, en el mar y en nosotros, los y las delegadas, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu legado para llevarlo a los pueblos de aquí y de allá”, dice la primera parte de la oración leída por la delegada psuvista María Uribe. “Danos hoy tu luz para que nos guíe cada día, no nos dejes caer en la tentación del capitalismo, mas líbranos de la maldad de la oligarquía, del delito del contrabando porque de nosotros y nosotras es la patria, la paz y la vida. Por los siglos de los siglos amén. Viva Chávez”, finaliza la plegaria.

La revolución bolivariana se santifica con un aberrante Chávez nuestro que nos sumerge en la duda de su carácter socialista y popular, desde que la izquierda se desmarca habitualmente de las creencias religiosas y la plegaria suena más a fanatismo que a reivindicaciones y derechos para todos (y todas, como sería políticamente correcto). Decíamos ayer que los extremos se tocan, y si D. Hugo, exgolpista, defensor a ultranza del chándal y de la revolución se santifica, parece que nos colocamos más cerca del Dios Patria y Justicia que escuchamos en este país durante cuarenta años, que de los postulados marxistas e igualitarios que dice defender el Sr. Maduro. El hábito no hace al monje, y las sotanas no son sustancialmente diferentes de un chándal, especialmente si se considera uniformes a ambos. Recuerdo que en mi niñez lejana nos hacían cantar a María en el mes de Mayo y rezar antes de subir a clase, en aquellas desvencijadas aulas del Colegio Jovellanos; personalmente preferiría para mis hijos las flores primaverales a la Virgen que los cantos de sirena a militares totalitarios exgolpistas.