El origen de Chequia se remonta al pequeño ducado medieval de Bohemia, que en el siglo XI se une a Moravia y en 1526 pasan a formar parte del dominio de los Habsburgo gracias a la política familiar de los Reyes Católicos, por matrimonio de Fernando I, hijo de Felipe el Hermoso y Juana la Loca, con Ana Jagellón de Hungría y Bohemia. La República de Checoslovaquia se creó en 1918, como resultado del desmembramiento del Imperio austrohúngaro tras la Primera Guerra Mundial.
Tras los pioneros cómics con bocadillos de Ladislav Vlodek en los años veinte, que no tuvieron éxito, Josef Lada y Ondřej Sekora consiguieron que por fin cuajara el medio gracias a sus animalitos antropomorfos, aunque el mayor éxito del cómic prebélico checo fue Rychlé šípy (Jaroslav Foglar/Jan Fischer, 1938).
En 1938 Hitler se anexiona los Sudetes y en marzo de 1939 sus tropas entran en Praga, proclamando el Protectorado de Bohemia y Moravia, del que desgajan el Estado títere de Eslovaquia. Las potencias europeas, no obstante, no reaccionaron hasta la invasión de Polonia, en septiembre. El 9 de mayo de 1945, las tropas soviéticas entran en Praga, acabando con la ocupación alemana.
El siguiente mes, aparece la revista Vpřed, donde el escritor de ciencia-ficción František Běhounek “Dr. Tomek” (1898-1973) publicó Výprava Toma Bartona (“La expedición de Tom Barton” , 1946), con dibujos de Václav Junek (1913-1976). La serie narra las peripecias de la tripulación del avión atómico Tornado, que llega a un mundo perdido infestado de animales antediluvianos: pterodáctilos, mosasaurios, plesiosaurios, braquiosaurios... Aunque la historia quedó inconclusa en el episodio #37, en 2020 se reeditó en Výpravy do ztracených světů (“Expediciones a mundos perdidos”) junto a una continuación de doce páginas dibujada por Jiří Petráček “Oskar” (1941), en la que la presencia de fauna mesozoica se reduce a un par de páginas en las que aparece un pterosaurio ladrón de cámaras.
También colaboró en la revista el influyente paleoartista Zdeněk Burian (1905-1985). La labor de Burian en el mundillo del cómic es muy escasa, pero su influencia es inmensa. Por lo que se refiere a la primera, habría que destacar –muy a su pesar–, sus diseños para las portadas de Amazona, un cómic sobre una voluptuosa guerrera que dibujaría otro pintor, Bohumil Konečný, según el encargo de Petr Sadecký. Pero Sadecký se exilió a Alemania Oriental en 1967, llevándose consigo el material que terminó reelaborando colocando una estrella comunista en la frente a la protagonista, a la que rebautizó como Octobriana, publicándolo en Inglaterra en 1971 sin permiso de los autores, que le demandaron ante un tribunal de la RFA, ganando el caso pero sin recuperar sus originales. Aunque no había dinosaurios en Octobriana and the Russian Underground, es hoy un cómic de culto.
En cuanto a la influencia de Burian en los cómics, ya te hemos hablado por estos lares de su huella en la obra de Frank Frazetta, Jack Kirby o el portadista Sanjulián, pero hay más. Sin salir de Checoslovaquia, la portada del «Especial Verano 1988» de la revista ABC tomó la ilustración que Burian realizó en 1938 de Tyrannosaurus atacando a Trachodon, añadiendo en el cielo a uno de los pterosaurios que František Kobík dibujó en la secuela de las aventuras del profesor Challenger “Druhá výprava” (“La segunda expedición”), escrita por Vlatislav Toman, que se publicó por primera vez seriada a lo largo de la 24ª temporada de la revista (1979-1980). Esa misma ilustración sirvió de modelo a Richard Corben para la historieta “The Hero Within (Creepy #60, 1974), en la que la fértil imaginación de un niño transforma a un perro en un feroz tiranosaurio.