Ya estamos a miércoles; casi mitad de la semana. Hoy os vamos a presentar una tarta de queso un poco diferente. No necesita horno, podemos realizarla a lo largo de todo el año y solo necesitaremos un par de horas de reposo en la nevera. Además estamos añadiendo fruta a nuestra dieta. El contraste ácido del limón con el dulzor de los melocotones y ese paladar cremoso de la tarta combina muy bien. No haciendo de esta tarta un postre muy pesado, perfecto para comidas copiosas que queramos rematar con un postre sencillo y vistoso.
Ingredientes:
- 300 g de queso tipo Philadelphia.
- 200 g de nata para montar.
- 130 g de azúcar glace.
- 1 lata de melocotón en almíbar.
- 200 ml de agua.
- Medio limón.
- 6 láminas de gelatina.
- Ponemos las láminas de gelatina a hidratar en un bol con agua.
- Echamos en una cacerola los 200ml de agua y el zumo del medio limón.
- Cuando el agua de la olla esté caliente vamos añadiendo las láminas de gelatina escurridas para que se disuelvan.
- Mezclamos el queso y el azúcar glace en un bol y le añadimos el agua con limón y la gelatina.
- Montamos la nata y la echamos a la mezcla del queso, el azúcar. Removemos con movimientos envolventes hasta que todos los ingredientes estén bien mezclados.
- Lo echamos en el molde y dejamos que la tarta se termine de enfriar en el frigorífico.
- Cuando esté medio cuajado lo decoramos con el melocotón en almíbar que habremos partido en laminas.