Muy recomendable la miniserie de HBO «Chernobyl». Creada por Craig Mazin y dirigida por Johan Renck relata magistralmente la mayor catástrofe nuclear de la historia ocurrida en 1986 en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin. Aquella tragedia causó unas 4.000 muertes (por radiación directa o por cáncer), provocó la evacuación repentina de 116.000 personas, vació ciudades y desencadenó una alarma internacional al detectarse radiactividad que «viajó» rápidamente a 13 países del centro y este de Europa.
La serie se adentra con frialdad y realismo en los primeros momentos tras la inexplicable explosión del núcleo de la central nuclear. Relata la obsesión de la Unión Soviética por minimizar y ocultar la noticia. Nos mete de lleno en la desesperación de los ingenieros y los equipos de rescate por intentar controlar una situación incontrolable. Nunca se había producido un accidente de semejante magnitud que arrojó materiales radiactivos y/o tóxicos unas 500 veces mayor que los liberados por la bomba atómica de en Hiroshima en 1945. De ahí tanto hermetismo desde el Gobierno de Gorbachov.
Con una duración total de cinco episodios -esta noche se emite el cuarto- «Chernobyl» ya se ha convertido en la serie más valorada de la historia al acumular una nota de 9,7 en el conocido portal Internet Movie Database, en el que los usuarios puntúan series y programas de televisión. Compensa verla y sufrirla para entender uno de los mayores desastres medioambientales provocados por el hombre. Ojo, no es entretenimiento; es apocalipsis, pánico y desasosiego desde el sofá de casa.