Música: Walter Werzowa
Cherry Falls es una pequeña localidad estadounidense que se verá atormentada por un asesino en serie que se dedica a matar vírgenes. Para evitar ser asesinados, los jóvenes del pueblo -incluida Jody, la hija del sheriff- planearán reunirse en una gran orgía que les libre de estar entre las posibles víctimas.
Y eso que Cherry Falls parte de una premisa original: invierte el tópico "sexo=muerte" y lo sustituye por el novedoso "virginidad=muerte". Si hasta ahora contemplábamos en el cine cómo aquellas parejas que decidían acostarse y practicar sexo eran masacradas por el psychokiller de turno (Halloween, Viernes 13...), en esta ocasión el asesino acaba con aquellos adolescentes que son vírgenes (escribiendo incluso la palabra "virgin" en el muslo de sus víctimas). La premisa es original y se distancia de lo visto con anterioridad en el mundo del slasher pero, y ahora es cuando me asaltan las dudas, ¿cómo sabe el asesino que sus víctimas eran vírgenes? En el caso de las féminas está más o menos claro pero, ¿y en el caso de los hombres? Misterio sin resolver...
Y es que esa pequeña incongruencia (o cabo suelto, como le queraís llamar...) sólo es una de las meteduras de pata de film. Otra, y no menos importante, es la cantidad enorme de típicos tópicos (¡Me mola esta expresión!, ¿se podrá decir?) que riegan el film de principio a final. Los personajes son los mismos de siempre, vistos con anterioridad en mil y una películas del género: ellas, exhuberantes y puritanas; ellos, deportistas y en plena efervescencia hormonal; un sheriff de pueblo, con todo lo que eso conlleva; y toda la fauna de instituto que os podaís imaginar, incluido profesor guay y director cabrón.
La cosa no acaba ahí: las interpretaciones son bastante flojas, la verdad, destacando a Britanny Murphy (R.I.P.) y a Michael Biehn en el papel de sheriff. El resto no actúan, se pasean. Y qué decir de los diálogos, que rozan el ridículo en numerosas ocasiones y parecen escritos por alguien con la mente de un chaval de 10 años, no acertando a distinguir si es un efecto realmente buscado con intención, o que realmente el guionista adolece de falta de madurez. Otro misterio sin resolver de la película.
Lo que si resuelve la película es quién es el asesino, cosa que se olía a kilómetros desde el inicio de la película y para nada constituye una sorpresa, sino más bien una bochornosa revelación con tintes surrealistas y freudianos dignos de un buen psicoanálisis.
Pero algo positivo tenía que tener esta historia, y no es otra cosa que el tono cómico (esta vez presumiblemente intencionado) que va tomando la película según avanza, alcanzando cotas elevadísimas en su tramo final, cuando los adolescentes, aterrados ante la posibilidad de morir, deciden organizar una fiesta en un lugar secreto para perder la virginidad todos juntos y salvar así sus vidas. Este momento pasará a la historia del cine por mostrar la primera orgía puritana de la historia, en la que nadie se desnuda y podemos escuchar diálogos memorables como este:
-¿Te gusta jugar a Dragones y Mazmorras?-Vale, pero ponte una goma.
Atentos al cartel de promoción de la "orgía"...
Un desenlace delirante, puro derrape mental...Chic@s, lo de siempre: palomitas, unas birras (o refrescos, si sois puritanos...) y un buen grupo de colegas y amigas para disfrutar lo máximo posible con esta insufrible película. ¿Terror? Cero. ¿Sentido del ridículo? Cero... Eso si, alguna que otra risa se os escapará, pero de puro mala que es...