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Una actuación impecable y un gol al mínuto 88 le bastó al Chicharito para ganarse el corazón del Santiago Bernabéu, se ha convertido en el héroe de los últimos días y es que en -en buena medida- gracias a él, el Real Madrid está en semifinales y sigue soñando con la undecima.Hace tan solo unos meses Javier Hernández se había hecho sentir con unas rotundas declaraciones, en las que reconocía estar frustado y deseoso de oportunidades por parte de su entrenador, Carlo Ancelotti. Para su fortuna, la lesión de Benzema y el apretado calendario merengue se juntaron para abrirle una oportunidad al Méxicano, que respondió de excelente manera.
Su actuación ante el Málaga le valió para disputar el partido más importante de la temporada -hasta los momentos- para el Real. Ancelotti no se decantó por Jesé, lo prefirió a él para hacer la labor de 9 del equipo y vaya que lo hizo excelente. Se vio muy activo, con movimientos importantes sin balón y también para presionar a los zagueros centrales rojiblancos; Incluso el Chicharo falló al menos tres ocasiones claras, gracias al súblime guardameta esloveno, Jan Oblak.
Sin embargo, el fútbol te da revanchas, y aunque el pasado jugaba en contra para Javier, este aprovechó su chance y nunca se rindió, nisiquiera en el final del partido, cuando Cristiano Ronaldo le puso un balón en bandeja para que anotase él.
La celebración fue monumental y el Chicharito, ya sin aire, ni piernas, pero con mucho corazón, se tiró al suelo para recibir la felicitación de sus compañeros. Una vez sustituido -y ovacionado- solo las lagrimas pudieron describir el momento que vivía el mexicano: Desahogo, gloria, felicidad, éxito, todo en un solo llanto.
El Bernabéu guardará siempre en su memoria el mínuto 88 de aquel partido, cuando un tal Chicharito les regaló una alegría inmortal.
"El gol es mio pero esto es de todos" Javier Chichárito Hernández