Revista Baloncesto

Chicherova arrebata el título mundial de altura a una Vlasic ejemplar

Publicado el 03 septiembre 2011 por Toni_delgado @ToniDelgadoG

Chicherova arrebata el título mundial de altura a una Vlasic ejemplar

Vlasic, superando el listón - EFE.

Estuvo a punto de renunciar a los Mundiales de Daegu y, por tanto, a defender su reinado de Osaka 2007 y Berlín 2009, pero Blanka Vlasic (Split, Croacia, 1983) no podía permitirse ese lujo, ni tan siquiera por llorar a lágrima viva en los entrenamientos. Lágrimas de dolor, de sufrimiento en un 2011 muy difícil para la saltadora croata, que no había alcanzado más allá de los 2.03 metros, cuando su récord son los 2.08, logrado en 2009 en Zagreb. Así que armándose de valor y dignificando su condición de atleta se presentó para ganar y acabó siendo plata, por detrás de Anna Chicherova. Ambas no pudieron superar la marca los 2.05, pero la rusa se llevó el oro por haber superado las marcas anteriores (1.89, 1.93, 1.97, 2.00 y 2.03) a la primera, mientras que Vlasic empleó dos saltos en los 2 metros y 2.03. La italiana Antonietta Di Martino, que no superó  los 2 metros, fue bronce y dio a su país el primer metal del campeonato, exacto botín que el de España.
Vlasic se aplaudió a sí misma cuando falló en su tercer intento de los 2.05. Una marca que sí saltó en su primer oro en un Mundial, en Osaka, entonces como en Berlín (2.04) intentó batir el récord de todos los tiempos de Stefka Kostadinova (1987) sin éxito. Ruth Beitia, eliminada muy rápido, ya no estaba en una final que fue descontando rivales pronto. En 1.97, por ejemplo, se quedaron Barrett y Amata y los 2 metros redujeron a tres las aspirantes, pues ni Shkolina ni Slesarenko pudieron llegar a dicha altura. Di Martino se quedó en la siguiente y Vlasic y Chicherova se quedaron en 2.05. La croata no pudo tener un discurso más ejemplar: "Por supuesto que estoy contenta. He llorado mucho entrenándome por el dolor. Lo he pasado muy mal. Felicito a mi rival, que ha sido mejor". Y después, con la bandera de su país a cuestas, empezó a llorar, un gesto de emoción por haber sido capaz de competir sin estar a su máximo nivel y en condiciones físicas complicadas. Y diciendo casi al final su participación en Daegu. El mes pasado había explicado su problema en su web: "Me hice un escáner porque sentía un dolor constante que me impedía rendir al máximo en los entrenamientos y el médico me ha confirmado que sufro una rotura parcial del músculo semimembranoso".
Quien no tuvo rival fue Sally Pearson en los 100 metros vallas (12.28s): ganó con la sexta mejor marca de siempre y con la misma suficiencia con la que había corrido en las rondas anteriores. La australiana ya iba primera en el primero de los diez obstáculos y nadie la pudo alcanzar. Por detrás suyo llegaron por este orden y superando sus  marcas personales las estadounidenses Danielle Carruthers y Dawn Harper, ambas cuadraron 12.47. La photo finish decidió. Un recurso que no necesitó Pearson. "Tenían ansias, hambre por ganar, por demostrar que podía conseguirlo. ¿Que cómo lo he hecho? ¿Y me lo preguntas tú?", le soltó al ex atleta Maurice Green. 

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