Fue un importante directivo de Telecinco. Chica guapa que entraba en la cadena, el hacia valer su derecho de pernada.
Le gustaba tocar a las azafatas y presentadoras. Los de Telecinco lo sabían y miraban para otro lado. Era un secreto a voces.
La mayoría nunca se atrevieron a acudir a la Policía temerosas de quedar en ridículo por acusar a un hombre tan poderoso.La tiranía de este ser acabó súbitamente cuando todo salió a la luz cuando seis de sus víctimas cantaron todo en directo el A mí a Chicho me toca. Una auténtica llamada de auxilio.
Fue juzgado y condenado a 17 años de prisión, pero Berlusconi mandó eliminarlo en su prisión. Apareció ahorcado en su celda.