En este país de ignaros, de vez en cuando, asoman brillos de buen gusto. No he sido, mea culpa, muy de hablar de comics en este blog. Creo haber hecho alguna referencia a Tintin, que es un metacomic, con sus personajes locos y perfectos. Pero nada más. Esto se debe a la edad. Vengo de un tiempo en que, a pesar de que se reconocía el valor de diferentes tipo de tebeos y dibujos animados, eran considerados un buen entretenimiento para niños y nada más. Lo curioso es que España es un país con una larga tradición caricaturesca, cómica y literaria, con revistas ilustradas de vieja fecha, que además desempeñaron un papel político y social de mucho peso en la pesada monarquía borbónica y en las dictaduras y dictablandas que el país pasó. Pena que ahora los pocos testigos de estas cuestiones se dediquen a aplaudir con las orejas al partido en el poder, al tiempo que desprestigian sin cese y sin vergüenza a cualquier tentativa opositora. O tempora, o mores!, decía el amigo Marco Tulio, y repito yo cada vez que miro al mundo exterior a mi cabeza.Volvamos al meollo, pues no procede y además intento hablar lo menos posible de lo que pasa en occidente debido al oriente.Hace unos días, tuve la suerte de recibir en préstamo una obra maravillosa "Chico y Rita", una bella historia de amor de la cabeza del genial Fernando Trueba que demuestra tener un buen gusto exquisito para el cine, el arte y la música. Y es lo que ha mezclado de manera perfecta en este cómic. Comic dibujado por el genial y cada día más chiflado Javier Mariscal. El comic narra la historia de un pianista cubano que conoce, por casualidad, a una cantante. Y de como, la unión de sus músicas y sus cuerpos, se ve separado por la ingratitud de los tiburones que nos rodean y por los regímenes políticos que crean, impidiendo que el arte y el amor triunfen. O sí. La historia es cálida, bella, exenta de chorradas. El dibujo sobrio, colorido, cinematográfico, de una factura bellísima como muestran las imágenes que ilustran este post. Y el ambiente musical, que muestra desde la Cuba precastrista de la salsa, al Nueva York del Bebop y el París del Cool y como un pianista, inspirado por el gran Bebo Valdés, sobrevive en cualquiera de esas circunstancias. Parado sólo por la dictadura y el desamor."Chico y Rita" es uno de esos libros que uno debe leer y tener en su estantería como tiene la literatura que prefiere. Y así ha sido. Me lo he acabado comprando. Una lección para los que creen que el prestamo de obras disminuye su sacrosanta facturación.
En este país de ignaros, de vez en cuando, asoman brillos de buen gusto. No he sido, mea culpa, muy de hablar de comics en este blog. Creo haber hecho alguna referencia a Tintin, que es un metacomic, con sus personajes locos y perfectos. Pero nada más. Esto se debe a la edad. Vengo de un tiempo en que, a pesar de que se reconocía el valor de diferentes tipo de tebeos y dibujos animados, eran considerados un buen entretenimiento para niños y nada más. Lo curioso es que España es un país con una larga tradición caricaturesca, cómica y literaria, con revistas ilustradas de vieja fecha, que además desempeñaron un papel político y social de mucho peso en la pesada monarquía borbónica y en las dictaduras y dictablandas que el país pasó. Pena que ahora los pocos testigos de estas cuestiones se dediquen a aplaudir con las orejas al partido en el poder, al tiempo que desprestigian sin cese y sin vergüenza a cualquier tentativa opositora. O tempora, o mores!, decía el amigo Marco Tulio, y repito yo cada vez que miro al mundo exterior a mi cabeza.Volvamos al meollo, pues no procede y además intento hablar lo menos posible de lo que pasa en occidente debido al oriente.Hace unos días, tuve la suerte de recibir en préstamo una obra maravillosa "Chico y Rita", una bella historia de amor de la cabeza del genial Fernando Trueba que demuestra tener un buen gusto exquisito para el cine, el arte y la música. Y es lo que ha mezclado de manera perfecta en este cómic. Comic dibujado por el genial y cada día más chiflado Javier Mariscal. El comic narra la historia de un pianista cubano que conoce, por casualidad, a una cantante. Y de como, la unión de sus músicas y sus cuerpos, se ve separado por la ingratitud de los tiburones que nos rodean y por los regímenes políticos que crean, impidiendo que el arte y el amor triunfen. O sí. La historia es cálida, bella, exenta de chorradas. El dibujo sobrio, colorido, cinematográfico, de una factura bellísima como muestran las imágenes que ilustran este post. Y el ambiente musical, que muestra desde la Cuba precastrista de la salsa, al Nueva York del Bebop y el París del Cool y como un pianista, inspirado por el gran Bebo Valdés, sobrevive en cualquiera de esas circunstancias. Parado sólo por la dictadura y el desamor."Chico y Rita" es uno de esos libros que uno debe leer y tener en su estantería como tiene la literatura que prefiere. Y así ha sido. Me lo he acabado comprando. Una lección para los que creen que el prestamo de obras disminuye su sacrosanta facturación.