Chile: 40 aniversario del golpe de Estado
Foto: flickr.com
Descargar NA_MOJ_VZGLYAD_ChILI_05-09-13
En septiembre se cumplen cuarenta años desde el golpe de Estado en Chile, como resultado del cual dejó la vida el presidente Salvador Allende y se implantó un régimen criminal del general Pinochet. Igor Kudrin recuerda esta tragedia en la historia del pueblo chileno.
Es lamentable que hoy sobre el trágico acontecimiento de hace cuarenta años algunos expertos escriban que el golpe del 11 de septiembre de 1973 fue previsible y pretendan explicar las causas y objetivos de sus inductores con el general Pinochet a la cabeza. Algunos de ellos consideran que los amotinados querían en primer lugar derrocar al presidente Salvador Allende y que se podía hacer tan solo manu militari. En esto se olvidan al menos de aludir que el golpe había sido planificado y perpetrado bajo la dirección y con la participación directa de EEUU.
El autor de este comentario estudió en 1972-1973 en la Universidad de Santiago de Chile y se vio obligado a tornar a casa, a Moscú, un mes antes de la fecha fatal por una sola causa: los profesores universitarios, indispuestos contra el presidente Salvador Allende, lisa y llanamente, dejaron de atender a los estudiantes extranjeros. A la vez se suspendieron las becas y se clausuró la residencia estudiantil. Junto con los estudiantes de otros países, entre ellos de EEUU, nos alimentábamos y vivíamos en casas de nuestros amigos chilenos. Pero comprendimos rápidamente que las bocas de más, de los holgazanes forzosos en casas de los habitantes de Santiago, hospitalarios pero que experimentaban apuros financieros, era algo feo. Nos vimos constreñidos a despedirnos y a partir a nuestra tierra natal a bordo de aviones de compañías nacionales.
Tras el 11 de septiembre de 1973 algunos de mis coetáneos trataban de afirmar que presentían el próximo golpe militar y el derrocamiento de Salvador Allende. Sí, Chile vivía un tiempo nada fácil. En primer lugar, porque los enemigos de Allende procuraban parar las transformaciones económicas y la reforma agraria que practicaba el gobierno de la Unidad Popular, devolver las empresas nacionalizadas a sus dueños de antes y tornar Chile a la órbita de la influencia de Washington. Sin embargo, creo que no todo político experto, ni un profeta de los más clarividentes, habría podido prever la posibilidad de una asonada profascista y sus trágicas consecuencias. Si bien, para personas perspicaces no era difícil adivinar el deseo de la derecha de tornar Chile a la esfera de la influencia de EEUU. De ello nos hablaban profesores de la Universidad y latinoamericanistas de diversos países. Cómo se desarrollaba la tragedia chilena desde la muerte del presidente lo supimos tan solo después de volver a nuestros países.
Primero por cadenas de radio y TV escuchamos y vimos buques de guerra que descargaban su artillería sobre Valparaíso, los fusilamientos de marinos y oficiales partidarios de la Unidad Popular. Por fin, nos llegó la noticia más aciaga: los alzados llevaron a cabo una operación para ocupar la capital y formar una junta castrense encabezada por el general Pinochet. Más tarde, a través de mis colegas que se salvaron supe que los amotinados bombardearon las estaciones de radio Portales y Corporación. Por último tomaron por asalto el palacio presidencial La Moneda y el mundo se enteró de la muerte de Salvador Allende.
En una palabra, la asonada castrense fue cruel, siendo un acto sutilmente planificado. No en vano los amotinados ocuparon en seguida todas las instituciones públicas. Con la particularidad de que los oficiales que se negaron a respaldar la asonada, fueron asesinados con sevicia. Recuerdo el viaje de Vladímir Putin a Santiago en noviembre de 2004, cuando le acompañaba haciendo parte de un grupo de colegas moscovitas. Me acuerdo bien cómo Putin durante su visita al palacio donde tocaba a su fin la restauración, escuchaba con amargura lo que contaban testigos. Es curioso que la descripción más completa de los acontecimientos de 1973 se dé en el informe de la comisión del Senado de EEUU sobre las operaciones en Chile.
Hoy entre nuestro país y Chile otra vez median relaciones de amistad, crece la unidad en cuestiones políticas, se firmaron convenios en las esferas de la economía, energética, espacio, colaboración tecnomilitar, lo que fue concordado de antemano por Vladímir Putin y su congénere Ricardo Lagos. Hace poco han aparecido en la prensa noticias sobre el propósito de la expresidenta Michelle Bachelet de postularse al más alto cargo. Nosotros deseamos éxitos al pueblo de Chile y a sus dirigentes y confiamos en la consolidación de nuestra amistad.
vs/as/sm
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
Ígor KudrinLeer más: http://spanish.ruvr.ru/2013_09_05/Chile-40-aniversario-del-golpe-de-Estado-6111/