#Chile quiere retirarse del Pacto de Bogota por miedo a la demanda marítima de #Bolivia

Publicado el 15 julio 2018 por Marka

La risible desesperación de la clase política chilena ante la demanda marítima de Bolivia y la gran posibilidad de un  fallo contrario, no solo la lleva a intentar afectar la unidad de los bolivianos con las torpes maniobras de Tarud , si no que ahora la tienta a retirarse del Pacto de Bogota, justificándose con mentiras y pretextos.  Cuatro “expertos” de Chile (ex directivos del Ministerio de defensa y Cancilleria),  han lanzado un manifiesto que expresa el sentir de los sectores conservadores chilenos que recientemente se han estado expresando en ese mismo sentido.  El pánico cunde.

A continuación, la transcripción literal de la carta publicada en El Mercurio el 15 de Julio de 2018   y el análisis de sus mentiras,errores de juicio y distorsiones :

“Por qué debemos salir del Pacto de Bogotá”

“Cuando Bolivia constitucionalizó un supuesto “derecho irrenunciable e imprescriptible sobre el territorio que le dé acceso al Océano Pacífico”, su “aspiración marítima” mutó en desafío internacional. Su gobierno ya no buscaría un acuerdo consensuado con Chile para optimizar sus vigentes salidas al mar, en el marco del Tratado de Límites de 1904. El objetivo era instalar un conflicto de poder”.

Como en Chile la Constitución fue elaborada en el gabinete de Pinochet y maquillada por Lagos, los cuatro señores firmantes no son capaces de  entender que no pudo haber ningún Gobierno que “ya no buscaría consenso” sino un  “objetivo de conflicto de poder”, ya que la Constitución boliviana fue elaborada por representantes elegidos por el pueblo y aprobada en Referéndum. Es el pueblo soberano que estableció esa norma, en uso de su pleno derecho, a diferencia del chileno, al que se le sigue imponiendo una normativa elaborada por un dictador corrupto y genocida.

En segundo termino, los señores firmantes se “olvidan” del  inciso II del articulo en cuestión que explicita los medios pacíficos de forma taxativa. Por lo tanto, la “chachara” respecto al “consenso” es una burda  falsificación o crasa ignorancia.  A continuación se transcribe el articulo :

Articulo 268 I. “El Estado boliviano declara su derecho irrenunciable e imprescriptible sobre el territorio que le dé acceso al océano Pacífico y su espacio marítimo.

II. La solución efectiva al diferendo marítimo a través de medios pacíficos y el ejercicio pleno de la soberanía sobre dicho territorio constituyen objetivos permanentes e irrenunciables del Estado boliviano”.[1]

“Era el inicio público de una estrategia integral, de aproximación indirecta, orientada a la adquisición de parte de Arica o a la “recuperación” de Antofagasta. Su primer tramo, de apariencia jurídica, fue la demanda ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con base en el Pacto de Bogotá, para que este tribunal de la ONU nos obligara a negociar una salida soberana al mar.”  “Nuestros abogados dictaminaron, de inmediato, que era una iniciativa jurídica inviable, pues soslayaba un requisito fundamental del Pacto: el respeto a los tratados vigentes. Faltó agregar que también violentaba los principios de la Carta de la ONU, encargada de velar por la no intervención, la paz y la seguridad internacionales.”

La ignorancia o malevolencia solapada de los señores firmantes es sorprendente. Primero, la demanda marítima no alude ni tiene como objeto al tratado de 1904, sino a actos unilaterales de Chile, muy posteriores a ese tratado, que consisten en ofertas y tratativas de negociar una salida al Mar para Bolivia . Segundo, que al Gobierno de Chile no le guste algo, ello no significa que  sea una “apariencia jurídica”. Si lo fuera, tendría que demostrarlo en el Tribunal de la Haya. El caso es que el Tribunal rechazo sus argumentos o argucias para no someterse a la jurisdicción del mismo ,como todos saben.

“Por ello, cuando la CIJ acogió a trámite esa demanda, dio respaldo a una estrategia sin plausibilidad jurídica, pero idónea para poner en peligro la paz internacional. Además, asumió responsabilidades propias del Consejo de Seguridad, que es el encargado onusiano del mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. “

Acá, los señores firmantes alcanzan cotas de ridículo muy elevadas. No se sabe que tenga que ver el mantenimiento de la paz y el Consejo de Seguridad con algo que ni siquiera se necesita recordarle a un caballero con cierto don del honor: “cumple con la palabra empeñada”!

“Ante esas desviaciones de poder jurisdiccional, Chile pudo cuestionar de plano la competencia de la CIJ, no compareciendo al pleito mismo, con base en el artículo 53 de su Estatuto y de su jurisprudencia. Así bloqueaba ab initio la maniobra comunicacional del gobierno boliviano y deslegitimaba un posible fallo no acatable. Sin embargo, primó la tradición juridicista nacional y se optó por cuestionar a los jueces dentro del mismo proceso. Que ellos definieran su propia competencia, como si fuera un incidente procesal.”

Los señores firmantes incurren  nuevamente en una “interesante confusión”:  Hablan de responder a una “estrategia comunicacional”, “no compareciendo al pleito mismo”. ¿Oscuras conexiones de caracter interdimensional? Tras el rechazo (categórico) de nuestras excepciones preliminares, quedó claro que la CIJ estaba por someter nuestra soberanía a revisión y que ningún fallo judicial liquidaría la estrategia de Bolivia. En efecto, su gobierno siguió exigiendo una negociación con resultados predeterminados, amenazando con nuevas demandas, optimizando la internacionalización de sus objetivos estratégicos y hostilizando a Chile por diversos medios tácticos. Sugerentemente, ya hay analistas que explican su actuar con base en las tesis de la “guerra asimétrica”. En Bolivia nadie conoce esos “diversos medios tácticos” pero seria bueno que ilustren al pueblo chileno sobre los mismos, para que se pueda defender mejor. ¿Cuales y como funcionan “esos medios tacticos”, señores firmantes? ¿Analistas de Guerra asimetrica? En Bolivia, aparte de la simetría de la conciencia recta no conocemos como se aplica esa “guerra” a un vulgar caso judicial. (Por si acaso, no somos nosotros los del pistoleril:  “o  por las buenas o por las malas”). Para nosotros la “simetria” esta en la fuerza de la razón , no en su falsa dicotomia y por eso acudimos a un tribunal, que es donde va la gente decente a la que se le vulnera los derechos.

En tales circunstancias, Chile debió equilibrar mejor los recursos del Derecho, con los de la diplomacia y la disuasión defensiva. Así, hoy anunciamos que nuestra defensa del patrimonio territorial empleará “toda la fuerza de la historia” y no solo la fuerza de la argumentación legal. En paralelo, ya estaba legitimado el debate sobre el retiro del Pacto de Bogotá.

Aquí ya podemos ver a donde querían llegar los señores firmantes bajo tanta palabreria y pretextos:”toda la fuerza de la historia” y “no solo la fuerza de la argumentación legal”. Nada nuevo bajo el sol. Conocemos esa “historia” y sabemos que significa “no solo la argumentación legal”. ¿Alguien no lo sabe? Preguntenle al abogado de la Universidad de Chile, Esteban Vilchez Celis , el se los puede explicar tan bien como cualquier niño boliviano. Pero para poder agredir nuevamente a Bolivia con una guerra, ahora los señores firmantes necesitan  librarse de “ciertas” ataduras, por eso :

Empleado como plataforma para cuestionar, de manera soslayada, la vigencia de los tratados, ese Pacto (El de Bogota ) ya no sirve para blindar el estatus de paz inherente al respeto a los mismos. Por lo demás, nunca fue una barrera respecto de las potencias mayores, que no lo ratificaron y, a mayor abundamiento, ya se retiró Colombia, país sede de su aprobación en 1948.

Por lo señalado, Chile no debe resignarse a una eventual nueva demanda con contenidos revanchistas, sea de Bolivia o de otros países de la región. Más bien, debe dejar en claro que, en lo sucesivo, asumirá la defensa de su soberanía de manera directa, sin mengua del compromiso de resolver los conflictos de poder de manera pacífica, respetando la letra y espíritu de la Carta de la ONU.

Vean como la resolución “de manera pacifica” se coloca como algo secundario (“sin mengua de” ) a diferencia de Bolivia que consagra este principio fundamental del Derecho Internacional en la parte del articulo 268 que los los señores firmantes “olvidaron” al inicio de su carta

Consecuentemente, debemos retirarnos del Pacto de Bogotá. El haber entablado una demanda técnica ante la CIJ, contra Bolivia, sobre la naturaleza del río Siloli/Silala, no puede convertirnos en rehenes sine die de un instrumento que se hizo adverso a los intereses superiores del país.

El desenfreno guerrerista, ahora llega al paroxismo de plantear la destrucción de  otros principios del derecho internacional  en relación a su propia demanda por el “río Siloli/Silala”.

Cabe agregar que no se trata de hacer de llanero solitario, reduciendo el tema a la emisión de un documento legalizado ante notario. Retirarnos exige un trabajo político y diplomático de calidad, con amplia información a los órganos principales de la ONU.

El tema de fondo no es de conveniencia adjetiva o procesal, sino de defensa sustantiva de nuestra soberanía, ejercida en un marco de bien forjada unidad nacional. 

Finalmente, ¿los señores firmantes se burlan de los lectores  al recomendar un trabajo politico y diplomatico “de calidad”? Este “manifiesto” no causa gracia. Causa pena y vergüenza ajena.  Estos  intentos de engañar al pueblo chileno siempre fueron una característica  de la clase política chilena, pero ahora cada vez mas chilenos caen en cuenta del interminable rosario de mentiras, falsificaciones y distorsiones con que los quieren embaucar

Los Señores firmantes : 

José Rodríguez Elizondo
Escritor Profesor de Relaciones Internacionales 
Universidad de Chile

Gabriel Gaspar Tapia
Cientista político, ex subsecretario FF.AA. y ex embajador en misión especial

Eduardo Rodríguez Guarachi
Abogado, consejero Universidad Diego Portales, ex embajador

Óscar Izurieta Ferrer
Cientista político, ex comandante en jJefe del Ejército de Chile, ex subsecretario de Defensa 

FUENTE: “Por qué debemos salir del Pacto de Bogotá”

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