China (2013). Día 4 La Gran Muralla (Mutianyu)

Por Diario De Viaje De Kiana @ViajeKiana

MI MEJOR MOMENTO O FOTO DEL DÍA: 

Día 4 (29/08/2013). La Gran Muralla (Mutianyu)
Había llegado el gran día: visitar la Gran Muralla China, una de las maravillas del mundo. La segunda que visitamos después de haber estado frente a las pirámides de Egipto
Existen varios tramos visitables de la Gran Muralla, aunque tres son los más habituales: 
- Badaling. Es el tramo más visitado y fotografiado de la muralla ya que se encuentra a tan solo 70 km al noroeste de Beijing. Dispone de puestos de souvenirs y camisetas y muchos visitantes. 
Se puede llegar en:       - Autobús nº 919 de la Terminal Déshengmén que tiene un trayecto de 80 minutos y  una frecuencia de paso cada 30 minutos (de 7.30h a 19h). Su precio según la guía es de 12 cny (puede que sea algo más caro ya que los precios de la Lonely Planet son de noviembre de 2011 y no están actualizados).      - Taxi (a partir de 400 cny).     - Circuitos en autocar organizados  por hoteles y albergues. Hay que estar atento ya que muchos tours contienen excursiones a las tumbas Ming o a tiendas que restan tiempo de visita a la muralla. 
- Mutianyu. Se encuentra 90 km al noroeste de Beijing y es famosa por sus torres de vigía. La venta ambulante se concentra en los niveles inferiores y existe la posibilidad de subir en teleférico (unos 40 cny la ida o 50 ida y vuelta) y bajar en tobogán (40 cny). No llega tanto turista, ya que muchos prefieren la cercanía a Beijing y optan por Badaling. 
Se puede llegar en:      - Autobús nº 916 (2.5h) o 916 exprés (1h aprox.) de la Terminal Dongzhimén (unos 12 cny según la guía) que tiene un trayecto de una hora aproximadamente. Este autobús te lleva a Huairou. Una vez allí se debe coger otro microbus hasta Mutianyu (40 cny) o negociar con un taxista para que te lleve. El último autobús exprés de regreso sale de Huairou a las 17.30h, el último lento a las 19h.   En temporada alta existe un bus turístico (nº867, 936) que sale de la misma terminal y va a Mutianyu en unas 2.5h por 16 cny, aunque los compañeros del blog Apuntes de viajes no lo encontraron, así que nosotros ni lo intentamos. Y los fines de semana de verano también es posible coger el autobús nº6 que sale entre las 7 y 8.30 de la catedral sur de Xuanwumen por 50 cny.      - Taxi: entre 500-700 cny   - Circuitos organizados en autocar por hoteles y albergues. La visita directa a Mutianyu con la entrada a la muralla, la comida y regreso (sin visitar tiendas, ni las tumbas Ming) cuesta 280 cny por persona. 
- Simatai. Se encuentra 110 km al noroeste de Beijing. Se trata de 19 km de muralla con peligrosos descensos y dificultosas subidas. Es la parte que ha recibido menos restauración con tramos llenos de piedras en los que hay que ir con cuidado para no pisar mal y torcerse un tobillo. También existe la posibilidad de subir en teleférico y además hay una ruta de 4h entre Jinshanling y Simatai para los que estén más en forma. 
Se puede llegar en:      - Autobús nº980 hasta Miyun (15 cny) y cambiar de autobús hasta Simatai (120 cny ida y vuelta)    - Circuitos organizados (la opción más habitual para llegar a Simatai). A partir de 260 cny con la entrada incluida. 
Nosotros optamos por visitar Mutianyu por estar menos masificado que Badaling y tener un tramo menos complicado que Simatai. Al principio pensábamos ir por libre en autobús pero al ver que teníamos que cambiar de bus en Huairou, coger otro o negociar con un taxista cambiamos de opinión ya que el primer día no tuvimos mucha suerte a la hora de hacernos entender con los vendedores de billetes de tren, así que quisimos asegurar el tiro y optamos por la comodidad de contratar la excursión en nuestro propio hotel. La mayoría de albergues y hoteles baratos suelen ofrecer este tipo de excursiones y servicios, no en cambio los hoteles de mayor categoría. El viaje directo en autobús de ida y vuelta (recogiéndonos y dejándonos en nuestro hotel), más la entrada a la gran muralla, más la comida al mediodía nos costó 280 cny por persona. 
A las 7.30h, puntuales, pasan a recogernos por nuestro hotel en una furgoneta. Hacemos una ruta por varios hoteles a recoger a otros turistas y al final nos meten a todos en un autobús con el que viajamos hasta la muralla. En el autobús conocemos a 5 españoles y estamos un rato hablando de modo que el viaje pasa rápido. Una vez llegamos, el autobús aparca muy cerca del restaurante donde iremos a comer después, el Mr. Yang. Nuestra guía nos lo muestra y nos cita allí mismo a las 13.30h. Pasamos por una zona llena de tiendas, un mercado de fruta y de bebidas hasta llegar a las taquillas. Una vez allí, compramos el ticket para acceder a la muralla en telesilla, con la vuelta abierta para ir en tobogán o telesilla. En total pagamos 80 cny cada uno. La guía nos entrega la entrada a la muralla y nos deja a nuestro aire, no la volveremos a ver hasta la hora de comer.  
Nos montamos en el telesilla y empezamos a disfrutar del paisaje. Son unos minutos muy agradables en los que empiezas a darte cuenta de donde estás, en un lugar especial completamente rodeado de naturaleza. Además tenemos un día buenísimo que nos permitirá disfrutar más todavía de Mutianyu. 


Llegamos arriba y por fin accedemos a la Gran Muralla. Tal y como nos pasa siempre frente a grandes lugares como éste, tenemos la sensación de que no es real, pero sí, ¡Estamos pisando la Gran Muralla! Nos encontramos una pequeña plazoleta con bancos para descansar y un mirador. A partir de este punto la Gran Muralla continúa a derecha y a izquierda, teniendo que volver a este punto para coger el tobogán o el telesilla para bajar a la zona de autobuses. ¿Por dónde vamos? Miramos un mapa informativo que hay en la pared y vemos que el punto más alto de muralla se encuentra por el camino que nos queda a nuestra izquierda, así que ¡Allá vamos!

Parte de muralla a la derecha del mirador


Empezamos y nos damos cuenta de que tenemos menos agua de la que creíamos y como hace calor no sabemos si será suficiente o no. Justo en la entrada encontramos una señora vendiendo bebidas y le compramos una botella de 500ml de agua por 10 cny, que por ser en la Gran Muralla no nos parece nada caro. Paseamos sin prisa y sin agobios. Nos alegramos de ver que no hay mucha gente. Estábamos asustados porqué habíamos visto imágenes y vídeos de la Gran Muralla con hordas de turistas que incluso dificultaban el paso y hacían la visita menos agradable. No es el caso y hay tramos en los que no vemos a nadie durante algunos minutos. 
Además, Mutianyu está muy bien conservado. En cualquier página de consejos sobre la visita a la Gran Muralla leeréis que se debe ir con zapatillas deportivas y esa era mi intención. De hecho, me compré unas nuevas justo antes de venir a China pensando que eran comodísimas pero ayer me di cuenta de que me quedaban algo pequeñas y me hacen rozaduras, así que descarté llevarlas hoy, aunque me quedé un poco preocupada. Pero debo decir que no he tenido ningún problema por ir en chanclas, aunque siempre puede ser más cómodo ir en deportivas para hacer largas caminatas y más si hay cuestas y escaleras, pero cualquier calzado cómodo os servirá.  

Pasamos por las distintas torres de vigía, que a su vez, nos sirven de alivio del calor que hace fuera. Sus gruesas paredes guardan un fresquito que se agradece, además, por sus ventanas corre un airecito muy agradable que nos hace quedarnos unos minutos mirando el paisaje y resguardándonos del calor. 


Sin lugar a dudas, una de las cosas que más nos impresiona de la Gran Muralla es su entorno. Los paisajes que observamos desde aquí son espectaculares. Además, es impresionante pensar cómo pudieron realizar una obra de estas características en medio de la naturaleza con los pocos medios de los que se disponían. Por otro lado, es una pena pensar en la cantidad de personas que dejaron su vida en el intento. Estas mismas reflexiones nos las hicimos ante las pirámides de Egipto



Otro aspecto que nos asombra, nuevamente en China, es la grandiosidad de la muralla. Ya sabíamos que era enorme, pero estar allí y ver como los muros de piedra van serpenteando las curvas de la montaña y se pierden en el horizonte, sin ver el fin es algo que no deja de sorprendernos. 



Alrededor de las 12h empezamos el camino de regreso para dirigirnos al tobogán (o telesilla) que nos dejará en la zona de aparcamiento de autobuses para ir a comer. Antes, nos entretenemos con unas últimas fotos y vídeos. 




Nos decidimos por probar el tobogán, aunque debo decir que al principio nos da un poco de respeto. No sabemos muy bien si seremos capaces de manejarlo bien, pero imaginamos que el mecanismo es sencillo y que no entraña ningún peligro, y así es. Cada cochechito, por decirlo de alguna manera, es individual y solamente dispone de una palanca de freno con la que puedes graduar tu velocidad o llegar a frenar del todo. Es simple, hacia adelante aceleras, hacia ti frenas. Aunque al principio teníamos cierto reparo acaba siendo muy divertido. No se permite sacar fotos y vídeos durante el trayecto, aunque no pude resistirme a sacar alguna. 


Salimos del tobogán y pasamos de nuevo por la zona de tiendas y el mercado. Compramos un par de bebidas (una cerveza de lata y un Sprite) y la señora nos quería cobrar 30 cny por las dos y nos pareció carísimo, regateamos y nos lo dejó en 20 los dos. Podíamos haber regateado más pero no es algo que nos guste mucho y el precio ya nos pareció razonable. 
Llegamos de los primeros al restaurante, un poco después de las 13h. Nos sientan en mesas redondas de unas 10-12 personas que van llenando según va llegando la gente. Nos piden la bebida (que no está incluida en el precio de la excursión) y la pagamos en el momento. Cuando ya estamos todos sentados empiezan a traer platos que van colocando en el centro de la mesa (encima de una plataforma giratoria). La mecánica consiste en coger un poco y girar la mesa para que todo el mundo pueda ir cogiendo de cada plato. En la mesa hay unas chicas chilenas con las que nos ponemos a hablar y al cabo de unos 10 minutos, cuando queda más de 3/4 partes de la comida en la mesa la guía nos dice que ya es la hora de irnos, que tenemos que levantarnos ya que el autobús nos está esperando. A todos nos parece fatal, no nos ha dado tiempo a terminar de comer y además sobra un montón de comida. Los españoles nos quejamos, nos hacemos un poco los remolones y somos los últimos en abandonar las mesas, pero como algunos quieren tener tiempo para el cigarrito antes de subir al bus al final cedemos y acabamos yéndonos. Además, todo el mundo está ya en el autobús (la guía incluida) y sólo podremos rascar algunos minutos más, pero nada de terminar de comer, tomar café ni hacer sobremesa. Por lo menos la comida estaba buena, de eso no tenemos ninguna queja pero no hemos podido disfrutarla. Nos parece muy mal porque nosotros estábamos presentes a la hora que nos han indicado, si la cocina se ha demorado no es nuestro problema, en todo caso preferiríamos que nos hubieran dicho que teníamos que ir a comer a las 13h pero que nos diera tiempo. Pero son los inconvenientes de ir con una excursión organizada, imagino que tienen que estar a las 16h en Beijing y punto.   

El viaje de regreso pasa rápido haciendo alguna cabezadita. El autobús nos deja en el hotel y como vemos que es pronto, aproximadamente las 16.15h, decidimos ir a visitar la Villa Olímpica. Nos montamos en el metro y bajamos en la parada Olimpic Sports Centre. A la salida del metro nos encontramos con un paseo enorme y podemos ver enseguida el estadio. 



Paseamos por la parte exterior del recinto olímpico y llegamos a un pabellón con tenderetes de comida. Tiene muy buena pinta, si hubiese sido algo más tarde seguro que hubiésemos cenado allí, además había mesas con sillas para sentarse a degustar la comida, algo que echamos de menos en la famosa calle gastronómica Wangfujing. El único inconveniente es que para pagar hay que ir a comprar una tarjeta y recargarla, algo que también nos parece un inconveniente. Pero recomendamos ir a visitar el estadio de noche para verlo iluminado y aprovechar y cenar allí mismo. 





Termina el día, volvemos al hotel, descansamos un poco y cuando tenemos hambre bajamos a cenar al restaurante que tenemos justo al lado de nuestro hotel y que tanto nos gustó la noche anterior. Hoy nos vuelve a encantar. Pagamos 82 cny por 4 platos más una cerveza de 500ml y una agua. 


No queda tiempo para más, ha sido un gran día. Esta noche nos vamos a dormir con nuestro pensamiento puesto en la Gran Muralla y sus estupendas vistas...