Un gran silencio político -acerca de los derechos humanos en la dictadura china- invade Europa y Estados Unidos, mientras se habla mucho de la boyante economía china que compra la ingente deuda pública occidental. China compra silencios.
Hoy puede leerse en euro/topics:
El primer ministro chino Wen Jiabao visita hoy Alemania en el marco de su visita a Europa, tras su paso por Hungría y Gran Bretaña.
Mientras que Pekín sigue comprando deuda pública de Estados endeudados de la eurozona, sus gobernantes ni siquiera mencionan la situación de los derechos humanos en la segunda economía mundial.
La prensa se muestra indignada ante la facilidad con la que se compra el silencio de los Estados europeos y teme igualmente por su soberanía.
Frankfurter Allgemeine Zeitung - Alemania: Hungría quiere congraciarse con PekínLos húngaros tendrán que tener claro que los contactos financieros tan íntimos los llevan a una dependencia inmediata. Tal cosa resulta inevitable en épocas de globalización y no es algo que se deba criticar sustancialmente. Pero tampoco está prohibido investigar un poco mejor a los prestamistas. La potencia financiera de China está más allá de toda duda y la propia afirmación de que China se implica a largo plazo en Europa, también resulta creíble. China obtiene de esta manera influencia en y sobre Europa. Se trata de un nuevo significado de la expresión 'política comprada'.
Lidové noviny - La República Checa: La ayuda de China a Europa tiene su precio
China no quiere que la eurozona se desmorone. A fin de cuentas se trata de un mercado para sus exportaciones. Pero los intereses de Pekín van más allá. Pretende también influir y no desea seguir siendo criticado por su política en materia de derechos humanos. Su ayuda financiera responde a dicha meta.
La Repubblica - Italia: Propaganda en lugar de derechos humanos
La pretendida liberación de Hu Jia y de Ai Weiwei en el correr de pocos días mientras el primer ministro Wen Jiabao se encuentra en Europa para adquirir una nueva cuota de nuestra deuda pública y asegurar la sostenibilidad del crecimiento chino, señala una nueva etapa en la política de opresión de Pekín. Para evitar incluso las siempre blandas advertencias oficiales de los Gobiernos occidentales sobre la violación de los derechos humanos, la segunda potencia económica del mundo ha dejado salir de la cárcel a sus dos opositores más famosos en el exterior.