La economía china se expandió 8,9% en el último trimestre de 2011 con respecto a un año antes, leve descenso respecto de la cifra anualizada del trimestre anterior, cuando creció a una tasa de 9,1. Ese 8,9% fue más alto de lo previsto por la mayoría de analistas; Economist Intelligence Unit había calculado una cifra más cercana a 8,5%, lo que indica es que el actual descenso en el crecimiento ocurre a un ritmo moderado y que un duro aterrizaje parece improbable.
Sin embargo, persisten motivos de preocupación. Los datos oficiales chinos muestran que la inversión, si bien representó más de 54% del crecimiento del PIB en 2011 (5 puntos porcentuales del 9,2 total), decae notablemente. El crecimiento de la inversión en activos fijos urbanos cayó a 23,8% en 2011, el más lento desde 2002. La tasa de expansión se ha desacelerado en forma especialmente aguda en meses recientes, al rezagarse la inversión en el crucial sector inmobiliario. Economist Intelligence Unit prevé que la debilidad en los bienes raíces persistirá durante varios meses, lo cual puede arrastrar a la baja el crecimiento general en la primera mitad de 2012.
Las exportaciones netas también han tenido un pobre desempeño, al restar 0,5 puntos porcentuales al crecimiento del PIB en 2012. El crecimiento de la exportación de mercancías descendió a 13,4% anualizado en diciembre, cuando fue de 35,8% en marzo, y ante el sombrío panorama económico de la Unión Europea, uno de los principales mercados para los productos chinos, no es probable que la demanda externa tenga una contribución positiva al crecimiento en 2012.
La principal nota optimista en el informe económico oficial chino la dan las cifras de consumo interno, que representó alrededor de 52% del crecimiento del PIB en 2011, pese al desangelado desempeño de algunos sectores minoristas como el de autos de pasajeros (apenas 5,5% arriba en volumen en 2011). El aumento de las ventas al menudeo en diciembre, de 18,1% anualizado, fue el más alto desde enero, pese a que la inflación ha caído en los meses anteriores.
Aunque hay desaceleración, los resultados del cuarto trimestre son tranquilizadores para el gobierno, pues sugieren que la economía aún va en ruta hacia un aterrizaje suave y es posible que un fuerte crecimiento del consumo ayude a compensar el descenso de la inversión. Pese al pronóstico optimista, persisten nubes en el horizonte económico, sobre todo si la situación en la zona euro se traduce en una crisis financiera mundial mayor a la de 2008-9. Bajo tal escenario, no sería fácil que la demanda interna compensara la caída de la externa. El otro factor de riesgo es el sector de los bienes raíces, pues de continuar el descenso de inversión el gobierno se vería obligado a tomar medidas para impulsarlo. Todo ello implica que los funcionarios chinos observarán muy de cerca las cifras del PIB este año.
__________
Tomado de La Jornada. Ver también China invade el MercosurUna mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización