No sé, no puedo saber realmente lo que pasa en China porque yo no he vivido nunca allí, pero no soy lo suficientemente ingenuo para creer a pie juntillas todo lo que me cuenta una prensa no ya inspirada sino íntegramente dominada por los Usa y su adláteres.
Verás, Matheus, llevo unos días empeñado en situar adecuadamente el problema de la libertad en relación con la igualdad, o tal vez, al revés, que a la postre es lo mismo, y resulta que cuando me planteo el tema antes pensaba en Cuba, Venezuela y otros países de Sudamérica pero ahora creo que el microcosmos a examinar quizá debiera de ser China.
No soy un iluso sino que creo ser precisamente todo lo contrario, también he discutido por aquí, a fondo, el problema de la decencia o no del ser humano y te adelanto, si no has leído los debates, que soy ferviente seguidor de Aquino y Hobbes, de modo que no sólo pienso que el hombre es una mierda de tío, lleno de asquerosas debilidades (Aquino dice el pobre que es desfalleciente) sino que su maldad supera incluso a la que atribuimos no a las fieras sino a los mismísimos demonios.
¿Entonces? He aquí el problema.
Tal vez cuando los filósofos marxista idearon aquello del materialismo histórico, pensaron, más o menos como yo, que el mundo en sus concreciones históricas y la vida en su continuo y heraclitiano fluir no son más que el resultado matemático de una serie de vectores o fuerzas que impelen el destino de la humanidad.
Es por eso que la historia aparece en sus anales como el resultado de la lucha sempiterna de 2 principios, de 2 fuerzas, de 2 potencias, que pueden ser el bien y el mal, Dios o el Diablo, Ormuz y Arihman, Cartago/ Roma, Napoleón contra el resto de Europa, Alemania y Japón contra los aliados, Usa versus Urss, Usa/China.
Otras plumas infinitamente mejores que la mía han hablado ya suficientemente de esto, si yo ahora lo traigo a colación es porque me obliga a ello tu amable comentario al texto que escribí sobre el probable fin de la historia, siguiendo al profesor Fukuyama.
Siguiendo mi razonamiento, China y Usa, o Usa y China, que da lo mismo, sólo hacen o no hacen otra cosa que cumplir con el trabajo que les ha asignado eso que yo antes he llamado materialismo histórico.
Como te decía, no sé bien qué es lo que se oculta realmente destrás de esa tremenda muralla con la que China, secularmente, ha intentado protegerse de las agresiones históricas, sí que sé, hasta la saciedad, lo que no se oculta, ni siquiera lo pretenden, tras las barras y estrellas de la bandera norteamericana, podría muy bien ir relatando, una a una, todas las sangrientas tropelías que los usa han cometido, están cometiendo y cometerán en el devenir de los tiempos, pero creo que es mucho mejor exponer, aquí y ahora, lo que Dulles, jefe de la Cia, les dijo a todos sus subordinados mediante el memorandum, cuyo enlace incluyo a continuación:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=97121
Creo que por boca de este tal Dulles, hermano de aquel otro John Foster Dulles, Secretario de Estado usaniano con Eisenhower, que se negó a estrecharle la mano a Chu En Lai, al finalizar la guerra de Vietnam, se ha resuelto el problema que tú, Matheus, planteas, ya que no es posible luchar contra una potencia radicalmente inmoral guardando las formas éticas.
Un cordial saludo,