Protesta ante el Consulado General japonés en Shangai.
¿Cuál es el problema?
Las Senkaku siempre han pertenecido a la misma provincia que Formosa. Durante la guerra sinojaponesa fue territorio conquistado por el Imperio Japonés (1895). Tras la humillante derrota nipona en la Segunda Guerra Mundial, pasaron a estar administradas por los Estados Unidos. En 1971 los americanos devolvieron su administración a Japón. Ahí está el problema:
- los japoneses tienen la legitimidad que otorga la victoria: conquistaron las islas en una guerra y ellos perdieron otra guerra contra los Estados Unidos, no contra la República de China que fue incapaz de retomarlas.
- la soberanía previa a la guerra residía en el Imperio Chino. Recordemos que la República Popular se funda posteriormente en la China continental. Hoy Taiwán es la continuación directa de la República de China, que a su vez es la continuación directa del Imperio Chino. Por ello, Taiwán reclama la soberanía de las Senkaku con más legitimidad que Pekín, que se ha metido en esta historia como si tuviera algún tipo de derecho.
- durante los últimos 40 años las islas permanecen deshabitadas. Estaban en manos privadas y algún islote era usado por la armada americana para prácticas de tiro.
- el gobierno japonés lleva desde 2010 adquiriendo las propiedades, cosa que es vista por los comunistas como una operación imperialista malvada.
Masa aborregada destrozando un restaurante chino de comida japonesa en Suzhou.
Otra de las razones para el aumento de la conflictividad es que es un conflicto que a Pekín le sale gratis. En la República Popular no puedes protestar contra el gobierno, pero sí contra el malvado Imperio Japonés. El odio puro que muchos chinos profesan hacia nuestros amigos nipones sólo es comparable al desprecio absoluto con el que los japoneses miran a los chinos. Esta xenofobia mutua hunde sus raíces en las brumas de la competencia histórica, está aderezada del horror absoluto en que se convirtió la ocupación japonesa en la SGM y se ve rematada por el hecho de que la China Popular quiere acceder al estatus de superpotencia sin haber ganado jamás un conflicto.Ahora que la maquinaria de la China Popular empieza a enfriarse, un conflicto con Japón es una buena vía de escape para purgar el descontento. Sin que nadie cometa ningún error, el conflicto no tiene por qué escalar, China continuará reclamando la soberanía de las Senkaku igual que reclama la soberanía sobre Taiwán. En este mundo de locos, debemos recordar que es Taiwán la que en justicia puede reclamar su soberanía sobre toda la China continental.
Lamentablemente es muy difícil predecir lo que puede pasar. Hay que insistir en que los parámetros mentales en que se mueve esta gente no son los mismos que los nuestros. En su día, Den Xiaoping comentó que China y Japón no hablaban en los mismos términos sobre el archipiélago, así que lo mejor era que el problema lo resolviera "la siguiente generación". Recientemente, Corea del Norte bombardeó sin previo aviso una isla surcoreana y hundió una patrullera. No hubo respuesta a esta agresión. Es difícil ponerse en los zapatos de esta gente. Y para rematar el asunto, existe una alianza de defensa mutua que obliga a los Estados Unidos a actuar ante cualquier ataque que reciba Japón (Panetta comentó que EE.UU. no tomaba partido en la disputa diplomática, cosa distinta). Si ya de por sí, China no tiene nada que hacer contra Japón en un conflicto convencional, es mejor que ni sueñe vérselas contra Japón y la Séptima Flota. Claro que, quién sabe qué les estará pasando por esas cabecitas. En fin, confiemos en que se imponga la cordura (hay que decir que la policía china detiene a mucho exaltado en las protestas y que a la mayor parte de los chinos se la refanfinfla lo que diga su gobierno).
Más:
- Una entretenida galería de fotos sobre las protestas en la República Popular.
- Pregunta: ¿por qué la prensa española usa mayoritariamente la toponimia china?
- Del diario de propaganda del Partido Comunista chino: «China no es la España de Zapatero o de Rajoy donde se pide abiertamente la separación de la Patria, de Cataluña y de Vascongadas sin que nada ocurra».