El P. Iacopo Iadarola, ocd nos acerca, con este artículo, a un rasgo singular de su espiritualidad. Le agradecemos a él y al P. Oscar Aparicio, director de la Revista Monte Carmelo, en la que acaba de publicarse, que hayan querido compartirlo con los lectores del blog.
Esta es la referencia completa del trabajo:
Iacopo Iadarola, «Chiquitunga, o “un suplemento de Eucaristía”», Monte Carmelo, 132 ( 2024/1), pp. 147-173
Resumen
Al acercarse el centenario de su nacimiento (12 de enero de 1925), quisiéramos con este breve ensayo recorrer la vida y el mensaje de la recién beatificada (23 de junio de 2018) María Felicia (Guggiari Echeverría) de Jesús Sacramentado, más conocida como «Chiquitunga»: una espléndida figura de santidad «de la puerta de al lado» en su vida laical y una carmelita ejemplar en los últimos cuatro años de su vida.
Según muchos testimonios, «otra Teresita»: pero esta expresión, por halagadora que sea (y quizá un poco manida), no da cuenta de los rasgos tan especiales de la santidad de nuestra Chiquitunga, sobre cuya fascinación intentaremos ofrecer algunas pistas de reflexión teológica pastoral. Los estudios teológicos sobre ella son todavía escasos y están lejos de haber sondeado adecuadamente la gran riqueza y originalidad de su existencia teologal: en particular, el modo eucarístico en que permitió la «transubstanciación» de la pasión humana por su prometido, sin anularla, en el más puro amor espiritual, puede ser una enseñanza de fundamental importancia para la sana y santa maduración psicoespiritual del cristiano contemporáneo.
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