No es cierto que la muerte llegue siempre demasiado pronto. Sí, que demasiadas veces nos golpea por la espalda para robarnos el calor de la gente que más queremos, plantando una bandera negra en nuestro interior conquistado. Murió Rafael Chirbes el sábado más festivo del año y sentí una mezcla de tristeza y enfado, la certeza de que nos habían robado la sabiduría de uno de los escritores que mejor nos enseñó a ver lo que nos rodea. “Era el que tuvo desde el principio una vocación más recta, una presencia literaria y personal más invariable”, reconoció Muñoz Molina en su adiós. “Un hombre decente”, apuntó veloz Javier Rodríguez Marcos. “Un hombre bueno, pudoroso, honesto y a veces un poco hosco, pero ¡el jodido se hacía querer!, con una gran cultura en todos los ámbitos del saber“, añadió Fernando Valls. “Esencialmente – sintetizó Antonio Lucas -, un tipo reflexivo, difícil de mamonear. Dueño de ideas propias que no buscaban aplauso“. “Un referente que siempre se negó a serlo”, me dijo mi amigo Alberto, uno de los mejores libreros.
¿Cuántas novelas nos ha robado su muerte? Era un secreto a voces que Chirbes no tenía buena salud, pero el hachazo llegó tan de repente que es obvio que interrumpió su vida y su trabajo. En los homenajes velozmente improvisados, leo que la muerte sorprendió a Chirbes corrigiendo las pruebas de su nueva novela. “Es una historia de amor verdadera, como un puñetazo, en la que trata la naturaleza del dolor”, cuenta Silvia Sesé, su editora, a Peio H. Riaño. Llegaremos a ‘París-Austerlitz’ en enero del año que viene. Volveremos entonces a sentir lo mucho que hemos perdido, a valorar todo lo que Chirbes nos dio.
Pd.: Ese Chirbes que nos mira mientras nos da la espalda, que parece estar a punto de marcharse, es obra de Fernando Vicente.
En vísperas de la abdicación inesperada, la infanta Elena compró ‘Enlaorilla’ en la inauguración oficial de la gran fiesta del libro, con una feria de retraso. Ese día, la novela ocupaba el primer puesto en la lista de 25 seleccionadas por El Mundo. Entre las diez primeras novelas, había otras dos de Rafael Chirbes: ‘Crematorio’ y ‘Lalargamarcha’. Un hattrick único, que le convierte en el gran escritor español de nuestro presente.
¿Por qué nos gusta tanto Chirbes? Creo que porque sentimos que es un hombre auténtico, un artesano honrado. En ‘Porcuentapropia’, una recopilación de artículos, el autor reflexiona sobre los actos solitarios de leer y escribir, mientras desliza algunos de sus secretos. He llenado mi ejemplar de pequeñas tiras de post it, allí donde veía brillar una frase. Son tantas que este cuaderno de robos merecía…
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