Creo que mi relación con el chocolate trasciende al amor. Somos muchísimos los #chocolatelovers, pero los verdaderamente adictos, entre los que me incluyo, necesitamos la dosis diaria para no sufrir el "síndrome de abstinencia".
Cuando las temperaturas empiezan a bajar y anochece tan temprano no hay nada mejor que merendar un delicioso y calentito chocolate a la taza acompañado de el dulce que más os guste.
En Madrid (en España en general) tenemos los churros o porras, pero el Roscón de reyes, los bizcochos, magdalenas, bollos suizos, financiers o cualquier otra delicia dulce que se os ocurra para mojar en el chocolate os hará regresar a la infancia al momento.
Para 4-6 personas:
- 1 tableta de chocolate a la taza Valor o similar (250 g)
- 1 l de leche
- 1 rama de canela
- 1 corteza de naranja
- 1 corteza de limón
- 2 anises estrellados
- unos clavos aromáticos
- unos granos de pimienta rosa
Se pone la leche a hervir con la rama de canela, las cortezas de cítricos y el anís estrellado. Cuando hierva se retira del fuego y se deja infusionar.
Cuando se enfríe se puede dejar en la nevera un par de horas o si lo dejáis por la noche para prepararlo al día siguiente para desayunar sabrá aún mejor.
Se saca de la nevera, se cuela la leche y se pone a calentar en un cazo. Se añade el chocolate troceado y se remueve mientras se va deshaciendo, hasta que da un hervor, momento en que se retira del fuego y se puede servir (estará ardiendo, así que esperad un poco para degustarlo).
Aquí lo acompaño, en plena Navidad, de roscón de Reyes y Gallete de Rois