ELABORACIÓN Deshuesamos el pollo y lo partimos en tiras. Condimentamos con sal, pimienta negra y las especies que queramos.
Por otra parte, lavamos las verduras y las cortamos en juliana o tiras. Por una parte la cebolla y los pimientos, por otra la zanahoria, el calabacín y la berenjena. Reservamos.
Preparamos caldo de carne fundiendo una pastilla de caldo en un vaso de agua. Y dejamos la maizena diluida en un poco de agua fría. En una sartén pequeña, hacemos una tortilla francesa de dos huevos y partimos en tiras.
Cogemos el wook, echamos un poco de aceite de oliva y a fuego fuerte vamos salteando las verduras por orden de dureza. Primero los pimientos, la zanahoria y la cebolla y a continuación por separado el calabacín y la berenjena que se harán enseguida. La idea es dorar la verdura y dejarla al dente, ya que después se cocinará un poco más dentro de la salsa. Las apartamos y reservamos.
Ahora en el wook comenzamos salteando igualmente a fuego fuerte el pollo hasta dorarse. Y después le añadimos el caldo de carne y la salsa de soja.
Cuando el caldo empiece a hervir a borbotones, añadimos poco a poco la maizena diluida en agua hasta conseguir el espesor deseado. Añadimos la verdura que hemos salteado previamente y por último la tortilla francesa.
Dejamos cocer el conjunto 2 minutos y ya tendremos el chop-suey listo.
Para el arroz crujiente, ponemos una sartén muy caliente con aceite y cuando empiece a humear echamos poco a poco pequeños copos de arroz que reventarán y saldrán flotando a la superficie. Con una espatula los sacaremos inmediatamente a un papel absorbente. Tienen el mismo efecto que las palomitas de maíz.
Servimos el chop-suey caliente y acompañamos con el arroz salvaje frito y crujiente.
¡Un plato con diferentes texturas y sabores!