Así que había que hacerlo bien, el único requisito imprescindible era que hubiera una cigüeña, así que otro reto que afrontaba por 1ª vez, no quería que quedara destartalada ni desproporcionada, así que ni os imagináis la cantidad de fotos de cigüeñas que he mirado por el Google para después adaptarla a modo tarta, porque a mí en las tartas me gusta un realismo relativo, quiero decir, que si reflejan demasiado la realidad me da un poco de grima, prefiero darles un toque plan dibujo animado.
Además, como era en estas fechas había que hacerlo muy alegre, nada pasteloso, ni colores menopaúsicos (escuché esta expresión en uno de esos programas de tartas, y me encantó, porque yo odio ese tipo de colores...jejeje) Que se trate de un bebé no impide que se usen colores alegres, incluso los colores pastel pueden serlo, pero hay que gastar cuidado, porque la frontera hacia el color menopaúsico es una línea muy delgada.
Y la verdad es que bien podría ser el motivo de cualquier tarta navideña para celebrar la llegada del Niño Jesús, una versión un poco modernizada vale, pero bien podría valer. Cualquier versión es buena para celebrar el nacimiento de ese bebé que cambió el rumbo de la historia y del mundo.
Así que espero que esta noche lo celebréis todos junto a las personas que queréis, con más o menos en la mesa, que son momentos difíciles, pero eso no nos debe restar alegría. Mirad a vuestro alrededor y si teneís a esa/s persona/s que os importan al lado ya tenéis un motivo para estar felices.
Ingredientes:
* 2 tazas de azúcar.
* 3 tazas de harina para repostería.
* 1/2 cucharadita de sal.
* 4 cucharaditas de polvo de hornear.
* 4 huevos grandes.
* 2 tazas de nata para montar.
* 2 cucharaditas de extracto de vainilla.
Preparación:
- Precalentamos el horno a 180ºC, y engrasamos nuestro molde.
- En un bol medimos el azúcar, en otro tamizamos la harina, la sal y el polvo de hornear juntos, y en un tercer bol batimos los huevos.
- Ahora, con la nata y el bol bien fríos, colocamos nuestras varilla y montamos la nata a velocidad media-alta, durante 2-3 minutos, que nos quede como un helado suave.
- Una vez montada la nata, bajamos la velocida a media y añadimos los huevos batidos. Volvemos a la velocidad media-alta hasta que nos quede una mezcla ligeramente espumosa.
- Ahora bajamos la velocidad a media y añadimos el azúcar gradualmente y el extracto de vainilla, sin dejar de batir.
- Paramos la batidora, y cambiamos las varillas por la pala, y a velocidad media añadimos la mezcla de harina.
- Vertemos la mezcla en el molde y horneamos durante 20-25 minutos.
- A las hora de verter la masa en le molde bien podemos usarla de un tirón, para después cortar el bizcocho en las capas deseadas, o bien podemos repartir la mezcla a partes iguales en varios moldes, a mí me gusta más esta última opción, pero cada cual que escoja la forma que más le guste.
El relleno en este caso fue entre cada capa de bizcocho una capa de lemon curd y otra de nata, la receta del lemon curd la tenéis pinchando aquí por si os interesa. y parece ser que no ha quedado mal, porque han dicho que quedaba muy buena. Esa siempre es una de mis preocupaciones en estas tartas, porque una pregunta generalizada es si a parte de estar bonitas, saben bien, que ya he vivido yo la experiencia de quienes se quedan sorprendidos al probarlas porque pensaban que de sabor estaría regular.
Pues lo dicho, os deseo que paséis una gran Noche Buena, que sonriáis y que cantéis muchos muchos villancicos. Besotes.