It's beginning to look a lot like christmas.
Tal y como dice el villancico, el mundo está empezando a parecerse mucho a la Navidad y mi nivel de espíritu navideño roza el 100%. Este año he decidido que voy a exprimir las navidades tanto como pueda. Estoy pensando, incluso, en hacer una lista de cosas por hacer en Navidad. Si la hiciera en ella no faltarían ir a patinar sobre hielo, decorar el árbol, hacer galletas, envolver los regalos, ver pelis navideñas... Soy una chica muy clásica.
Sí, es cierto, lo soy, soy muy clásica. Me gusta el estilo preppy. Soy de esas personas que en Navidad se ponen cuadros, cosas rojas, gorros con pompón, diademas con lazo, calcetines y jerseis de renos, y que compra la flor de pascua cada año (porque se muere...), hace de la decoración de la casa un ritual, se engancha a los maratones navideños de Disney Channel y desea desde lo más profundo de su corazón que nieve en estos días tan especiales.
Para mí la Navidad debe ser algo tradicional y clásico. Me gusta ver que la gente innova, como cuando se hacen árboles de Navidad de cosas recicladas o con un cáctus, pero no para mi casa. En mi casa no pueden faltar los calcetines, los sacos para los regalos que tejió mi madre hace años, los lazos rojos y dorados, las luces, las guirnaldas y la corona en la puerta. Me gusta que el mantel sea de cuadros, que haya piñas y bastones de caramelo, que la comida sea copiosa y deliciosa, que veamos en familia los especiales de Navidad de la tele, que mi abuela troceé el turrón para ponerlo en una bandeja con los bombones y los polvorones, que se canten villancicos y que se baile en calcetines en medio del salón después de la cena de Nochebuena.
Sueño con tener una casa en la que queda un enorme árbol de Navidad que tenga que decorar subiéndome a una banqueta y con espacio suficiente para una mesa larga con un Belén precioso. Sueño con poder ir de vacaciones a Laponia y ver todas las luces de colores por la noche destacando entre la nieve. Sueño con no celebrar la Navidad en la ciudad y poder estar frente a la chimenea y pasar en la casa del pueblo unos días todos juntos, escondidos entre las mantas porque hace mucho frío y el ruido de los árboles del bosque da un poco de miedo.
Y es que de eso se trata la Navidad. Cuando la gente dice que es solo consumismo se me rompé un trocito de corazón. No es cuestión de comprar miles de regalos, tan siquiera uno, ni de comprar langostinos de la mejor calidad, ni de comprar adornos cada año. Mi madre y yo hacemos nuestros propios adornos, como los lazos de las imágenes. Lo importante es tomas una cena deliciosa, aunque sean macarrones, estar todos juntos cantando y riendo, y recordar las cosas verdaderamente importantes.
A la hora de vestir también soy muy clásica. Elijo colores rojos, cuadros y prendas cozy. Mi último flechazo fue este gorro blanco con pompón de Parfois. Me encanta porque es muy simple y calentito. Es blanco, trenzado, ni más ni menos. El típico gorro con pompón. Me encanta.
Se puede poner con cualquier cosa y pega perfectamente con mi bufanda blanca trenzada de Primark, que compré cuando hace un par de años hubo una ola de amor hacia las bufandas blancas con flecos. Mi ola de amor personal sigue, claro, porque mi gusto en Navidad no sigue modas. Me da igual que se lleva una u otra cosa. Yo me quedo con mis jerseis, mis bufandas y mis blusas a cuadros.
Hablando de blusas a cuadros... Esta es ideal.
El collar ya os lo había enseñado en San Valentín. Me encanta combinarlo con rojo y ponérmelo para ocasiones especiales. De hecho, apenas lo utilizo más allá de las fechas señaladas.
Fotos hechas por Montse Ortega.
Datos del outfit:
Blusa / Blouse: SferaChaqueta / Jackett: ZaraAbrigo / Coat: ZaraLeggings push up: CalzedoniaCollar / Necklace: PrimarkGorro / Hat: ParfoisBufanda / Scarf: PrimarkCalcetines / Socks: OyshoBotas / Boots: Tienda local / Local store