Entre los tres nos separamos unos 20 metros de distancia cada uno cuando pudimos comprobar que el chululú estaba en el lugar y era casi seguro que alguien del grupo iba a tener la oportunidad de lograr buenas fotografías; bastante rutinario en sus movimientos el chululú siempre nos daba aunque mas no sea unos pocos segundos para fotografiarlo y los tres en esa oportunidad pudimos regresar a Posadas con buenas fotografías de este esquivo habitante del sotobosque de nuestra selva.
Todavía no tengo las fotografías que sacó Nico, ni bie. estén en mi poder publicaré otra entrada mas.