La verdad es que el primero que no soporta ni a Jordi Pujol ni a su mujer soy yo. Pero no desde ahora que sabemos de él todo lo que sabemos, no le he soportado nunca, nunca me ha dado buena impresión y sus palabras siempre me han parecido bastante ofensivas para el resto de los españoles, fíjate Jordi que digo resto de los españoles porque eso es lo que eres tú, para tu desgracia.
A pesar de lo mal que me caía don Jordi, su esposa y el resto de su familia no me esperaba, la verdad, la trama de corrupción tan impresionantemente grande que tenían montada para él y para sus hijos, me parece increíble. Hoy llega, por fin, el día en que le toca declarar a esta gente en el juzgado, hoy llega por fin el día en el que, esperemos, rindan cuentas esta gente con la justicia. A su llegada al juzgado había mucha expectación y han sido recibidos al grito de ladrones por mucha gente que había en la puerta esperándoles.
Ya he hablado mucho de Pujol, ya he escrito muchas veces lo mal que me cae de siempre y el deseo que tengo que todo el peso de la ley recaiga sobre ellos, por eso hoy no voy a hablar más de él, hoy voy a hablar de la chusma que le esperaba a las puertas del juzgado. Y digo bien: chusma. El criticar a todo el mundo que está a las puertas de un juzgado a linchar al reo no significa que se justifique al reo, significa que se ataca a la chusma.
Por muy mal que me caiga alguien no puedo entender como puede haber personas que pueden ser capaces de estar a la puerta de un juzgado insultando a alguien, sea el que sea. Para mi ese es un síntoma de dos cosas, de falta de cultura y de poca fiabilidad. Tenemos la mayoría de las personas un defecto muy grande, pasamos de un extremos al otro con mucha facilidad. Estoy completamente seguro que un alto porcentaje de las personas que estaban a la puerta del juzgado esperando para insultar a Pujol, hace unos años, se iban a donde fuera el “molt honorable” a aplaudirle y a hacerle la ola, porque tienen la misma falta de cerebro para unas cosas que para otras.
Da la sensación que rechazan de alguien algo que a ellos les hubiera gustado hacer o rechazan algo que yo estoy casi seguro que muchos harían, si, estoy seguro que muchos de los que van allí a insultar en caso de encontrarse en la situación de Pujol habrían hecho exactamente lo mismo que él. Que me digan lo que quieran, me da igual, pueden decirme ahora lo que quieran, estoy seguro que si se les preguntara me dirían que no, pero si hubiera alguien sincero me daría la razón. Me da asco, mucho asco, las concentraciones de descerebrados enfurecidos e insultones. Me parece esa una forma de retratarse a uno mismo, de demostrar a todo el mundo lo burro que se es y la mejor forma de ponerse a la altura del delincuente e incluso de justificarle. Si Pujol se hubiera parado y se hubiera encarado con alguno de ellos, a solas, estoy seguro que muchos agacharían la vista y se mearían encima porque ese es el nivel de toda esa chusma.
Ahora quieren ir de justicieros cuando, estoy seguro, que hace cuatro días iban de palmeros y de pelotas del propio ajusticiado. Asco me da un delincuente como Pujol, pero el mismo asco me da la chusma que se pone a su alrededor para insultarle.