En este blog tenéis ya varios ejemplos como el chutney de berenjenas o el de tomate y pimientos verdes, pero no hay ninguno de fruta así que lo voy a remediar. Tenemos un árbol de ciruelas amarillas, y, como suele pasar, las ciruelas maduran todas a la vez por lo que no solemos dar a basto para comerlas y hay que buscar alternativas para conservarlas. En lugar de hacer mermelada a mi me suele gustar hacer estos chutneys que luego acompañan de maravilla una cena ligera de queso en invierno o que puedes abrir en Navidad como algo especial para acompañar el asado que saques a la mesa.
Normalmente los chutneys no se pasan pudiendo verse en el mismo trozos de sus componentes pero yo en este caso los he pasado y ha quedado una textura más similar a una mermelada.
Os dejo con la receta:
INGREDIENTES
2 Cebollas 1 k de ciruelas 1 ramita de canela* 500 g de vinagre de vino blanco 500 g de azúcar
*Si no te gusta la canela puedes cambiarla y poner otra especia que te guste más como el clavo, el jengibre...
MODO DE HACER
1. Cortar la cebolla en trozos no demasiado grandes. 2. Quitar el hueso a las ciruelas y juntarlas con la cebolla en un cazo con fondo grueso. Añadir la canela. 3. Añadir el azúcar y el vinagre. 4. Poner al fuego. Llevar a ebullición removiendo continuamente y cuando este en ebullición bajar el fuego y dejar que se haga durante una hora, hora y media. Tiene que quedar una mezcla espesa, si no es así dejar cocer más o subir un poco el fuego. Aquí yo pasé la mezcla para que quedara una textura más similar a una mermelada pero lo habitual en los chutneys es no pasarlos. 5. Esterilizar los botes hirviéndolos y guardar la salsa en los mismos en caliente. No hace falta hacerles el vacío la cantidad de azúcar y de vinagre que contienen les sirven de conservantes. Dales la vuelta y consérvalos en un sitio fresco hasta que los vayas a consumir.
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