El chutney es una compota agridulce elaborada a base de frutas y/o verduras, vinagre, especias y azúcar, cuyo origen nos traslada a la India. Es altamente popular en el Reino Unido, donde se pueden encontrar tantas variedades como imaginación tenga quien los elabore. Desde el chutney de mango, el más suave y apropiado para principiantes, pasando por el de cerezas, de piña, de melocotón, de calabaza, de manzana y cebolla, de tomate, de berenjenas, etc.
De todos es sabido que quien escribe estas líneas es una enamorada de los chutneys, no hay más que ver la cantidad de ellos que se han publicado en este blog. Siempre tengo alguno a mano porque son el condimento perfecto para carnes frías o calientes (como el solomillo o lomo de cerdo) y tablas de queso. Aportan un toque diferente a nuestros platos y, como llevan azúcar y vinagre en altas cantidades, se conservan en perfecto estado durante mucho tiempo.
Los chutneys ganan en sabor y textura con el reposo, por ello es recomendable elaborarlos con suficiente antelación a la ocasión en la que los queremos consumir. Si tenéis pensado incorporarlos a vuestros menús de Navidad, os recomiendo que los preparéis ya mismo. Es más, os recomiendo que preparéis este chutney de Navidad concretamente. Le dará un toque muy exótico a vuestras mesas.
Necesitamos
- 25 grs de pimienta de Jamaica en grano
- 275 grs de vinagre de manzana
- 1 cucharadita de jengibre fresco rallado
- 20 grs de sal
- 225 grs de azúcar moreno
- 1 cucharadita de chile molido
- 1/2 cucharadita de nuez moscada
- 1/2 cucharadita de canela molida
- 125 grs de manzana, pelada y en dados
- 75 grs de orejones, picados
- 125 grs de sultanas
- 125 grs de arándanos secos
- 225 grs de cebolla, pelada y en dados
- 1 gasa
- Hilo de bramante
Colocamos los granos de pimienta en la gasa y la cerramos con hilo de bramante asegurando que no queda ninguna apertura por la que puedan escapar.
Ponemos el vinagre, la sal y el jengibre en una cacerola amplia. Añadimos la gasa con los granos de pimienta de Jamaica y llevamos la mezcla a ebullición.
A continuación agregamos las frutas, la cebolla y el azúcar. Removemos y dejamos cocer a fuego muy suave y sin tapar durante, aproximadamente, una hora o hasta que el chutney comience a espesar.
Sabremos si está listo cuando, al pasar una cuchara por la mezcla esta forma una línea que no desaparece de manera inmediata.
Consejos
- Una vez listo el chutney, podemos dejarlo enfriar y usar inmediatamente aunque, como la cantidad que se consume es mínima, lo más probable es que nos sobre por lo que conviene guardar este sobrante en un lugar fresco, es decir, en la nevera.
- La mayoría de los chutneys mejoran con el tiempo, este es uno de ellos. Por ello recomiendo dejarlo envasarlo en botes de cristal esterilizados y dejarlo reposar durante 2 o 3 semanas antes de consumir. Se conservan durante meses, incluso años, gracias a la cantidad de sal, vinagre, especias y azúcar que contienen y que actúan como conservantes.
- Para conservar el chutney deberemos repartirlo en tarros de cristal previamente hervidos (junto con las tapas) y taparlos inmediatamente después de llenarlos, con discos de papel parafinado (parafinado hacia abajo) y ajustando bien la rosca a las tapaderas.
- Los conservaremos en lugar fresco, oscuro, seco y ventilado. Aguantarán meses, incluso años (entre 2 y 3).