En su origen, Internet iba a ser un espacio de libertad en el que no existieran los Estados, las ideologías ni el poder, sólo individuos libres comunicándose entre ellos. Pero ese sueño libertario imaginado por unos jóvenes en vaqueros amantes del surf y de las playas de California es cada vez más una utopía irrealizable. Internet se ha convertido hoy en un espacio de competición geopolítica que los Estados aspiran tanto a controlar como a evitar que otros controlen. Igual que los ejércitos entendieron en su momento que el espacio era, junto con la tierra, mar y aire, una dimensión en la que competir militarmente, las Fuerzas Armadas de hoy tienen ciberfuerzas con las que luchar por el ciberespacio y estrategias de ciberseguridad.
José Ignacio Torreblanca, para El País (España)