La gente ha puesto el grito en el cielo, y advierte del riesgo que implica la construcción de cuatro megarepresas y líneas de alta tensión que partirán en dos un total de nueve regiones chilenas, fragmentarán seis parques nacionales, once reservas naturales, 26 lugares de conservación y 32 áreas protegidas privadas. Otro crimen en nombre del dinero, otra burla del monopolio
mundial y una desorbitada compra de voluntades.