Número de páginas: 576
Sinopsis: Simon Sax podría ser un tipo afortunado. Es joven, listo y está punto de convertirse en multimillonario si vende su gran invento -un asombroso algoritmo- a una multinacional. Y, sin embargo, se siente solo. Su éxito contrasta con sus nulas habilidades sociales. Hasta que un día vence sus prejuicios y entra en una web de contactos donde se enamora perdidamente de Irina, con la inexperiencia y la pasión de un adolescente, a pesar de los miles de kilómetros que los separan. Pero ella, marcada con una enigmática cicatriz en la mejilla, arrastra un oscuro secreto. Una novela que te hará mirar de otra forma a la persona con la que duermes.
Opinión personal
Aunque son muchas las novelas que tiene Juan Gómez-Jurado en el mercado, Cicatriz era mi segundo acercamiento al autor, ya que previamente sólo había leído 'El paciente', y teniendo el cuenta como manejaba en aquella novela la tensión y la intriga, estaba deseando sumergirme de lleno en este nuevo trabajo.
A esta lectura llegué sin saber muy bien qué iba a encontrarme, y desde el primer momento el ritmo ágil y sus personajes me hicieron querer saber más y más. El protagonista de esta historia es Simon Sax, un joven con grandes dotes para la informática que sobrevive a duras penas esperando que alguna empresa financie la tecnología que tiene en mente. Ha creado un brillante algoritmo que le permite identificar cualquier objeto que fotografíe, una tecnología que desarrollada convenientemente tiene unas aplicaciones y posibilidades infinitas. Y basándose en su nula experiencia en el amor se le ocurre una nueva aplicación para su algoritmo; si puede identificar cualquier objeto, también podrá encontrar a su media naranja en una web de contactos, ¿verdad?
IrinaAl igual que su novela anterior, 'Cicatriz' ha conseguido engancharme desde el primer momento, queriendo saber más sobre Simon, más sobre su idea, y más sobre todo, sobre ese pasado que deja entrever poco a poco con alusiones a su hermano; un pasado familiar que se adivina convulso. Y si el principio lleva un ritmo que te hace no poder -ni querer- soltar el libro, las últimas cincuenta o sesenta páginas te será imposible posponer la lectura ni un minuto más.
“La niña no sintió dolor cuando el clavo le rasgó la cara, debajo del ojo izquierdo.”
Simon
“Mi primer error fue enamorarme de ella.
El segundo error fue no preguntarle por aquella cicatriz.
La mala noticia es que estoy a punto de cometer el tercero, y que va a ser mucho peor que los dos anteriores.”
El libro intercala la historia de Simon con la historia familiar de Irina, y poco a poco veremos como las piezas que hacen que ambas historias confluyan van encajando y dejándonos ver todas las caras de una misma realidad. Debo admitir que en algunas ocasiones la historia pasada de Irina, -o más bien de su padre- me ha resultado un poco más pesada, pero todo lo relativo a Simon, su círculo más próximo y su historia pasada me ha encantado. Simon pasará de ser un cero a la izquierda en lo que se refiere a relaciones sentimentales, a tener que ser el héroe de acción que por una vez en su vida tenga que actuar si no quiere perder lo que tiene. Un anhelo de amor y compañía en medio de una historia de acción llena de interrogantes.
He leído muchísimas buenas reseñas sobre este libro, pero también algunas en las que se sentían un poco decepcionados, y creo que gran parte de la culpa la tienen las expectativas que se crean alrededor. Cualquiera que viniese de devorar algún thriller anterior del autor sería más que consciente de que, dentro del género, Gómez-Jurado es un valor seguro, y si a eso le sumamos que ya dicen de 'Cicatriz' que es el mejor libro del autor, y que es el mejor thriller del año, ya terminas de poner las expectativas por las nubes. Yo sin embargo no entraré a discutir si es la mejor del año o la mejor de su carrera y la valoro por si misma. ¿Es una buena historia? Sin duda que lo es. Una buena historia ejecutada excelentemente con un ritmo trepidante y adictivo al cien por cien; más de quinientas páginas que volarán entre tus dedos sin darte apenas cuenta.