Cicatriz - Sara Mesa

Publicado el 07 octubre 2015 por Elpajaroverde
"Echar de menos un instante es echar de menos a aquel que éramos entonces."
¿Cuánto tendrá de verdad esta afirmación? ¿Recordar algo pasado de nuestra vida con nostalgia será sinónimo de añorar a la persona que fuimos en ese momento? ¿Incluso si pensamos que esa época de nuestra vida no fue lo mejor que nos pudo pasar, si no estamos seguros de que no nos hiciera más bien que mal, si tenemos asumido que esa persona no fue la mejor versión de nosotros mismos? ¿O tal vez lo fue? ¿Quién dicta lo que está bien y lo que está mal? ¿Y si no fue nuestra mejor versión pero sí la más auténtica? ¿Y si es por eso por lo que nos echamos tanto de menos? ¿Añorar algo pasado implica  que ese algo aún está presente en nuestras vidas, que aunque ya no es todavía forma parte de quienes somos? Todo pasa. Todo permanece. Todo deja huella. Todo se va. Todo vuelve. Cicatriz: la marca de lo que fue, el recuerdo de lo que aún es.
"Él ha pasado unos cuantas semanas espantosas, probablemente las peores de su vida, pero dentro de unos meses no quedará nada de ese dolor. En cambio, la fatiga que yo te he causado a ti la llevarás aparejada por mucho tiempo cada vez que te enfrentes a un pensamiento que se refiera a mí. La diferencia es fundamental. Te he regalado de todo, sí, pero no lo que tú querías. La unión entre los dos, sus nexos, sus afinidades, tenían lugar en su terreno, no en el de Sonia. Más que encontrarse a medio camino, ella se desplazaba hasta donde él estaba para luego regresar a su sitio, intocada. En cambio, lo que tú me diste... Lo creas o no eres la única persona que -aunque haya sido sólo a ratos- me ha tratado como... como a todos nos gustaría ser tratados, como yo deseaba ser tratado. Quizá te digas a ti misma: cómo habrá sido con el resto. Sí. Eso mismo digo yo."

Portada de Cicatriz

Sonia es una joven que alterna su vida entre las obligaciones familiares (madre, hermanos y abuela) y su trabajo como becaria en una oficina. La insulsa rutina y baja exigencia de su trabajo hacen que un día, para combatir el aburrimiento, se registre en un foro literario de internet. Allí conoce a un joven con el alias de Knut Hamsun. Es culto, de conversación interesante y absorbente, con grandes dotes intelectuales y perfeccionista hasta el extremo. Enseguida abandonan el foro y comienzan a comunicarse entre ellos a través de correos electrónicos. Kunt le pide a Sonia que le envíe una foto suya y a cambio él le conseguirá los libros que quiera. Son libros robados, que él sustrae de grandes almacenes o grandes cadenas de librerías. Sonia lo sabe pero aun así consiente. No ve peligro en ello o no alcanza a vislumbrar lo que puede entrar y salir por esa puerta que está dispuesta a abrir. Con esta transacción se inicia una compleja relación de idas y vueltas que se prolongará a lo largo de los años, una relación íntima, estimulante, desbordante, dependiente, desquiciante,...
"Si vivieras en Cárdenas, quedaríamos esta misma tarde y te lo demostraría. Iríamos a dos o tres centros comerciales, en los que sólo pillaría lo que viésemos a mano y fuese de tu gusto -hay tantas cosas...-. Para terminar, me haría con un par de videojuegos que tú irías a vender a alguna tienda. Con el dinero, merendaríamos opíparamente en un hotel. Antes de despedirnos, te pediría que nos besáramos largo rato. Luego tú te irías a una cita con algún amante. Llevarías puesta alguna de las prendas que yo te habría regalado. Con eso me bastaría para ser feliz. Los dos seríamos felices."
Sonia y Knut son los dos protagonistas indiscutibles de "Cicatriz" pero sin duda esta es la historia de Sonia, la historia de Sonia con Knut, pero la historia de Sonia. Vemos el juego desde su lado del campo aunque no por ello dejamos de asistir al partido con absoluta imparcialidad; no somos la hinchada de Sonia, sí estamos sentados en su banquillo. Me gusta el símil del juego. La relación de Sonia y Knut es como un juego, peligroso, pero un juego. Es un toma y daca. Se alterna la ventaja y la desventaja. Se turna el control y el descontrol. Aquí no hay víctima ni culpable. O tal vez ambos lo son. Uno del otro. O de sí mismos.
"...mi relación contigo es una forma de rescatar esa existencia que no tuve. Llevar adelante un plan de escritura conjunta representaría, de alguna manera, el rescoldo sentimental de esa añoranza."
Sonia es la más normal (voy a utilizar este término aunque no me gusta hacerlo) si entendemos el concepto de normalidad desde el punto de vista del convencionalismo social. Knut es el personaje al límite, el 'rarito'. Pero a pesar de la aparentemente gran diferencia que existe entre ellos Knut ejerce sobre Sonia una atracción a la que esta es incapaz de sustraerse. Una atracción que en ocasiones se convierte en repulsión. Esta dualidad está presente a lo largo de toda la novela. Knut, en palabras de la propia Sonia, resulta "exhaustivo". Cada vez le exige más, mayor implicación. Sus regalos, por otra parte, ya no son solo libros. Se tornan cada vez más caros, más sofisticados, más personales, más íntimos (para mí un libro, si se elige como hay que elegirlo, es uno de los regalos más íntimos y personales que se puede hacer, pero esto ya es otro tema; o no, porque en esta novela la literatura también ocupa su lugar). Y Sonia alienta a veces, otras da un paso atrás, no es clara, quiere cortar, pero no lo hace, no sabe hacerlo, no quiere hacerlo.
"También persisten la tristeza y los vaivenes. La soledad, a ratos, muerde con insistencia. Sonia ha cumplido treinta años, puede mirar hacia atrás y descubrir tras ella un camino enroscado, sinuoso, en el que ya no es capaz de atisbar el lugar de salida."

just lounging around in a sleep Mask. Fotografía de MadEmoiselle Sugar.

Tenía muchas ganas de leer algo de Sara Mesa, y esta, su última novela, ha sido la elegida. Puedo decir que ha superado la 'prueba' con nota. Esta escritora ha dejado de ser una promesa de las letras españolas para ocupar un lugar destacado en ellas con nombre propio. Con un lenguaje claro, conciso, directo, con cada palabra puesta en su lugar, que no da lugar a equívocos, como filos de cuchillos que cortan con precisión, Sara Mesa construye una historia de lectura sumamente ágil, con una trama absorbente y creíble, y con una más que notable profundización tanto de sus personajes como de los temas que trata a través de ellos.
"...fabula la escena dando infinitud de rodeos: es capaz de escribir un largo párrafo para detallar cómo se le tensan los músculos de un muslo, pero despacha, con una simple evocación, el resto. Todo es delicado, vaporoso y, al mismo tiempo, profundamente perverso."
Con Knut abordamos la doble moral, los límites difusos, la intransigencia, el juego sexual, los anhelos incumplidos, la seducción de la fantasía. Sonia es el tedio de las cadenas impuestas por la vida cotidiana, el liberarse de ellas para esclavizarnos nosotros mismos con otras nuevas sin darnos cuenta. Es el paradigma de la doble vida, de la que se puede contar e incluso presumir de ella y de la secreta que explora los recovecos más ocultos. Es el querer sentirse importante, deseada, imprescindible; es el quererlo todo pero sin contraprestación. ¿Ingenua o valiente?
"Cada palabra tiene su envés. Mira detrás, le dice, y me encontrarás ahí esperándote, temblando e inseguro."
El que no se arriesga no gana. De lo que muchas veces no somos conscientes es de que toda ganancia lleva inherente una pérdida. En cada elección que hacemos o dejamos de hacer ganamos una oportunidad y perdemos otra. La vida es sumar y restar. Al final solo queda cruzar los dedos y esperar que el balance sea positivo. Mientras tanto no siempre se puede perder la cuenta de las operaciones realizadas. Están ahí, en forma de cicatriz. La marca de lo que fue y sigue siendo. La prueba irrefutable de lo ganado y lo perdido. Eso somos. Cicatrices. A veces duelen. A veces no.
"Él recuerda cada día la escena. La luz del distribuidor, sutil, amarillenta, envolviéndolos. El polvo en suspensión. La belleza en medio de la sordidez, deslumbrante y desafiante, consiguiendo vencer la suciedad, con todo lo que a él le asquea. Aquel silencio: sólo rumor del tráfico, amortiguado, en la distancia. Ella estirando los brazos para cambiarse. Sus brazos tan blancos, las axilas tentadoras. La curva del pecho, sostenida por aquel sujetador de encaje, las copas con tres telas diferentes, el brillo de la seda. También estaba la cicatriz, tu fea cicatriz. Te la vi, te lo dije, luego me arrepentí. Ahora me doy cuenta de cuán significativa era esa señal. Ni más ni menos que la constatación de una realidad que yo me empeñaba en disfrazar."

Sin título. Fotografía de Adriano Agulló.

Hay una cicatriz física en esta novela. Con una simbología diferente a la que yo he querido imprimir a esta reseña. Pero... no os lo voy a contar todo... Además, eso forma parte de la historia de Knut con Sonia. 
Ficha del libro:
Título: Cicatriz
Autor: Sara Mesa
Editorial: Anagrama
Año de publicación: 2015
Nº de páginas: 200