Ciclismo, Sueños, Incertidumbre y Porvenir

Por Rafael @merkabici

Porque como yo amáis el ciclismo, en cualquiera de vuestros ámbitos, creo que es el momento de mostrar nuestra admiración por aquellos que hoy, firman un contrato de trabajo que les permite vivir de lo que han soñado desde niños y también, por los que, aún luchando, siguen soñando con ello.

El ciclismo es un deporte visceral. Cuando entrenas, pasas frío y calor, cuando estás en casa descansando pasas hambre, sabiendo que tú te mereces más esa merienda que el que no ha pedaleado por la mañana…no te la comes, pero te lo mereces. Cuando te despiertas por la mañana, estás cansado, sólo en el rato del entrenamiento en el que tienes buenas sensaciones tienes la percepción de no estar cansado. Te gustaría alguna vez irte de vacaciones en Agosto, como el resto de la humanidad pero no, tus vacaciones son en temporada baja, cuando ya nadie puede acompañarte.

Pero por lo visceral que es el ciclismo, nos encanta. Y lo disfrutamos cuando tenemos un por qué, un objetivo, un sueño que cumplir…Es aquí, donde surge el conflicto. Cuando el plano visceral del ciclismo sigue siendo el mismo, su crudeza y su realidad es igual luches por el objetivo que luches, tengas el sueño que tengas y sobre todo, teniendo las dificultades que tengas. El ciclismo sigue ahí, con su dura realidad.

Para algunos ciclistas éste invierno está siendo y va ser un sueño. En el momento en que, les llama un director, un mánager o un amigo con buenas noticias, toda la dureza del entrenamiento del ciclista se convierte en el placer mayor de la tierra. Tienes ganas de pasar penurias porque tienes, simplemente, algo por lo que pasarlas. Eso, hoy por hoy, es la mayor felicidad que un corredor que espera una oferta de un equipo, puede tener. Afortunados que cumplen su sueño y el de sus padres,  sus novias y esposas, sus abuelos, sus amigos, su director de juveniles…Sueño de muchos.

Para muchos ciclistas, éste invierno está siendo y va ser una pesadilla. Aún inmersos en su descanso físico, que no mental, siguen esperando tener noticias; tanto buenas como malas porque, no hay nada peor que la incertidumbre. Ahora es, el momento de sufrir. Lo que en otros momentos ha sido placer, el pasar frío, hambre, fatiga…se convierte en una tortura como lo es para el resto de los humanos. Es la incertidumbre que no te deja rendir, concentrarte, exprimirte y morirte. No saber dónde estarás corriendo, con quién, si correrás gratis o si podrás seguir teniendo la oportunidad de crecer “ciclísticamente”.

Por supuesto, todo éste hecho, es la consecuencia de haber realizado una temporada espectacular. Aquellos que no han tenido…llamémoslo “situación” de no haber cosechado buenos resultados, no entran en el cupo de los “afortunados” que tienen ésta incertidumbre que  les impide disfrutar, sentir y vivir el ciclismo como se merecen.

Hablar de injusticias es otra historia. Cuanto más me informo menos sé y no sé qué tendrá la culpa, quienes son los responsables pero cómo pueden darse situaciones incomprensibles como que, ninguno de los corredores que representaron a España en la mejor vuelta por etapas del mundo sub23 (Tour del Porvenir) no tengan nada de nada (salvo el ganador, que ya tenía contrato profesional en 2013). Lo siento pero,  el resto del mundo ciclista y yo, no podemos entenderlo.  Algo pasa, algo estamos haciendo mal. ¿Acaso se necesita ser mejor ciclista?

El que espera, desespera pero, hoy muchos corredores que son el futuro de nuestro ciclismo más inmediato se merecen toda nuestra admiración. Para los que estamos en éste circo, sois  unos héroes porque estuvisteis cerca, ganasteis carreras, lo disteis todo y seguís estando ahí, dispuestos a seguir dándolo todo. No os conforméis sólo con dejaros llevar. Tenéis una vida deportiva por delante con oportunidades de ser felices dentro y fuera del ciclismo, no las desperdiciéis.