Años 90 y actualidad: El contraataque del cine bélico.
Durante las décadas anteriores el cine bélico de la Segunda Guerra Mundial había perdido interés para los grandes estudios de manera progresiva. Afortunadamente, y como suele suceder muchas veces en el cine, ciertas temáticas exprimentan ciclos de interés y el del cine que nos ocupa estaba a punto de repuntar.
En los primeros años de la década de los 90 encontramos títulos como la americana Memphis Belle donde George Fenton nos ofrece un score en la mejor tradición compositiva del cine bélico clásico. En esta misma época, la italiana Mediterráneo permite a Giancarlo Bigazzi y Marco Falagiani devolvernos a los años donde, merced a la temática que nos ocupa, la calidad de la música del cine italiano subió muchos enteros.
Ya en el nuevo milenio Richard Marvin nos presenta el score de U-571 donde de nuevo queda patente que la importancia de la música se mide en momentos y no en minutos de duración. Captain Corelli’s Mandolin (La Mandolina del Capitán Corelli) supone un bonito cambio de tercio dentro del belicismo imperante en las composiciones de la Gran Guerra y un homenaje a la música de las producciones italianas de los 60 que ya hemos repasado en este especial,a a cargo de Stephen Warbeck. Con Enemy at the Gates (Enemigo a las Puertas) regresa la adrenalina del combate combinada con momentos de tensión contenida por crescendos inacabables con los que James Horner ilustra con maestría el juego del gato y el ratón de los dos francotiradores rivales por la devastada Estalingrado.
Pearl Harbour n
El último gran exponente de la música del cine de la Segunda Guerra Mun
Hasta aquí el especial dedicado a la música del cine de la Segunda Guerra Mundial. Pronto habrá más especiales pero, mientras llega ese momento, cualquier comentario o sugerencia es bienvenido.
La Guerra forja héroes y crea villanos, inspira lo mejor y hace aflorar lo peor de nuestra condición. ¿Cómo disfrutar de algo tan hermoso estando inspirado en el mayor horror concebible? He ahí, precisamente, nuestra condición. Somos capaces de imaginar lo mejor en el infierno y de crear lo peor en el cielo.
Leer cuarta parte: Años 70 y 80: Un conflicto que se aleja en la memoria.Muchas más noticias en No es cine todo lo que reluce.