Ciclo de BSO: La música en el cine de la Segunda Guerra Mundial (Segunda parte)

Publicado el 17 enero 2011 por Davicine
La música en el cine de la Segunda Guerra Mundial.Segunda parte: Años 50: El cine inglés entra en escena.


La década de los 50 comienza con scores muy bien planteados como De Aquí a la Eternidad de George Duning y Operation Pacific (La Flota Silenciosa) de Max Steiner. En todos ellos podemos apreciar una evolución en los motivos bélicos con momentos memorables por su gran intensidad y fuerza descriptiva.
Mediada la década nos encontramos con una gran película con un score a la altura como es El motín del Caine. De nuevo Max Steiner logra momentos de gran fuerza dramática que se hacen eco de lo que sucede en la pantalla.
Durante estos años hay que destacar que el cine bélico inglés experimenta una importante evolución. Ésto no significa que no hubiera existido desde el inicio de la contienda que lo inspira, pero es en esta década cuando despega definitivamente con títulos como The Purple Rain y The Sea Shall Not Have Them con scores a cargo de John Veale y Malcolm Arnold respectivamente. Si bien el trasfondo propagandístico se impone de manera mucho más clara que en el cine americano, las bandas sonoras de estas películas destacan por su calidad y por su clara influencia del estilo compositivo americano. En el score de la película americana de 1956 D- Day: The Sith of June, Lyn Murray retrata de manera vívida y heroica la épica de un combate a gran escala combinándolo de manera muy efectiva con la tensión de las acciones de comandos.

Hablamos de nuevo de cine inglés y de nuevo de Malcolm Arnold, que en 1957 firma el score de El Puente Sobre el Río Kwai marcando un antes y un después en la música bélica. Su técnica descriptiva resulta más que acertada en una película donde las relaciones entre los prisioneros cobran tanto peso a pesar de que en ciertos momentos se eche en falta algo más de orquestación. A ello hay que añadir que su célebre tema para representar la marcha de los prisioneros al trabajo en el puente sobre el famoso río es una de las canciones más silbadas de todos los tiempos.
Precisamente este ejemplo ilustra otra de las características de esta música: En muchas composiciones de cine bélico comienza a aparecer la voz no sólo como elemento recurrente a la hora de representar la épica en forma de coros grandilocuentes, sino como conductor de situaciones en un amplia variedad de registros. Bien sea en forma de canciones bajo apariencia de tonadillas militares, estribillos silbados u otros recursos, la voz se alía con la música de tal manera que una encuentra en la otra un complemento perfecto para transmitir lo humano de un conflicto que puso a prueba la humanidad de sus participantes.
En 1958 el director Robert Wise demuestra gran acierto en Run Silent, Run Deep al contar con Franz Waxman para la banda sonora de su película. Melodías de tensión contenida transmiten con gran vividez el juego del gato y el ratón entre submarinos americanos y japoneses en el Pacífico, al mismo tiempo que los quiebros melódicos ilustran la pérdida de rumbo del propio protagonista en su obsesión enfermiza por la caza del enemigo y su enfrentamiento con sus hombres.
Un año después, encontramos en Never So Few (Cuando Hierve la Sangre) a Hugo Friedhofer firmando un notable score que sería un preludio de algunos de sus grandes trabajos en décadas siguientes.
Nuestra andadura por la música del cine de la Segunda Gran Guerra está lejos de terminar, pero esa, amigos, es otra historia.
¡Hasta pronto!
(Leer Primera parte: Años 40: El surgimiento de un género).Muchas más noticias en No es cine todo lo que reluce.