CICLO SIGLO XIX: Bright Star

Publicado el 20 diciembre 2014 por Begoña Bravo @AngryBego

Título (y original): Bright Star
Año: 2009
País: Reino Unido
Director: Jane Campion
Reparto: Abbie Cornish, Ben Whishaw, Paul Schneider, Thomas Brodie-Sangster, Kerry Fox, Edie Martin, Claudie Blakley, Gerard Monaco, Antonia Campbell-Hughes, Samuel Roukin
Productores: Coproducción GB-USA-Australia-Francia; Pathé / Screen Australia / BBC Films / UK Film Council
Música: Marc Bradshaw
Fotografía: Greig Fraser
Duración: 119 minutos
Sinopsis: John Keats, el poeta inglés de 23 años, no se lleva bien con la joven Fanny Brawne. Ella no entiende su poesía y él la encuentra como una joven superficial. Todo cambia cuando Fanny se entera de que Keats cuida de su hermano enfermo y le pide que le enseñe a comprender la poesía, dando lugar poco a poco a una gran historia de amor.
Calificación: 3'75/5

La figura de John Keats (1795-1821) desde que tengo constancia de ella siempre me ha fascinado. Sí, puede ser cierto que poetas cuya existencia fue similar a la suya (morir jóvenes) sea algo bastante frecuente, pero Keats desprende un aura peculiar, que incita a su estudio y comprensión. Hace tres años leí sus Poemas Escogidos, de la expectacular edición bilingüe de Cátedra (y cuyo poema que titula la película se incluye), pero, lamentablemente, no pude comprenderlos muy bien. No soy muy dada al verso, prefiero la prosa, pero el interés Keatsiano permaneció. Y, como también conocía que había una película, me informé todo lo que pude antes de ponerme a verla y, entenderla. Cuando hay películas que están basadas en personajes reales, siempre que puedo procuro informarme sobre el personaje antes del visionado, para evitar lagunas.

Aunque John Keats es la atracción principal para ver la película, lamentablemente hay que decir que la película no es, ni con mucho, un biopic sobre la vida de John Keats, sino de Fanny Brawne y de su relación con John Keats. Quienes conozcan la figura de Keats sabrán a quién me refiero, pero para los "despistados", aquí va el dato.

Fanny Brawne fue la musa de John Keats, la mujer de su vida. Pero la figura de la misma ha sido ambigua a lo largo de doscientos años. Hasta la muerte del marido de ésta (y después de muerta ella), no se supo la relación que había mantenido con Keats y su imagen no fue bien vista por la sociedad del momento. No fue hasta bien entrado el siglo XX cuando a través de la publicación de sus cartas fue que cambió la visión de Brawne. Jane Campion, directora de obras como El piano, decidió plasmar la historia de amor, no bajo la del punto de vista de Keats, sino la de Brawne, lo cual, conociendo un mínimo la filmografía de Campion, no habría tenido fuste, ya que las mujeres son los pilares de sus películas.

Campion nos traslada a 1818, donde Fanny Brawne, en una de las tertulias sociales, conoce a John Keats. Pero no se hacen amigos. Es más, hay una necesidad de "pincharse" el uno al otro. No se llevan especialmente bien. El poeta considera a la joven como alguien superficial y preocupada por cómo vestirse (desde el principio vemos a una emperifollada y colorida Fanny luciendo orgullosa sus creaciones de moda) y ésta no comprende la profundidad que puede tener un poema. Pero Fanny va empatizando poco a poco con Keats, en parte debido a que es un joven humilde que cuida a su hermano enfermo, hasta que le pide que le enseñe a entender esa poesía que a ella se le antoja indescifrable. Y la confianza que se desarrolla deja paso al amor, ese amor que hemos conocido gracias a las cartas que Keats le escribió a Brawne.

En la película (que no niego que haya idealizaciones presentes, recordemos que el cine lo adorna prácticamente casi todo) encontramos a Fanny Brawne, una joven interesada por la lectura, refinada y que sólo piensa en ir a la moda. Aunque la imagen previamente presentada es esa, Fanny es a la vez honesta e inteligente. Una mujer adelantada a su tiempo en algunos aspectos. John Keats es un poeta por así decirlo, incomprendido. Ama la poesía y ha dejado el oficio de médico para dedicarse a ella a tiempo completo, pero su última publicación Endymion ha sido un fracaso de crítica y público, siendo defendido por unos pocos amigos, aunque hasta Fanny ha admitido que su comienzo es bueno. Son los personajes más profundos de la película.


Luego tenemos a los secundarios; la madre y los hermanos de Fanny, que apenas tienen papel en la película, pero son el pilar de la personalidad de Fanny. El que más destaca de todos los secundarios es Charles Brown, amigo y principal benefactor de Keats, que no ve con buenos ojos a Fanny, ya que la considera una beldad más de la sociedad. Y será la barrera que intente separar a Fanny y a Keats de su relación, alegando que puede ser perjudicial para el poeta, debido a las diferencias sociales, cosa que también comparten los más allegados.


Bright Star es una película un poco curiosa. Me animé a verla por el contexto histórico (aunque no es ni mucho menos una lección de historia) y porque sale Abbie Cornish, que es una de mis actrices favoritas de los últimos tiempos. También Ben Whishaw me parece un gran actor, así que, combinando estos dos elementos y, pese a que la película me daba un olor a azúcar por todas partes, pues terminé de decidirme. Todo esto después de entender un poco la historia real de John Keats y Fanny Brawne, que, recalco, es esencial para poder ver la película y entenderla.

Su visionado, no obstante, requiere de una paciencia que ni yo misma tengo. Y muchas de las críticas que he leído y, que ha perjudicado a la película es la duración: Poco más de 2 horas y la transición es lenta y los detalles nimios que a veces podemos observar no ayudan a que fluya, pero tiene una virtud que no muchas películas cuidan: la estética. Algo lejos de la estética oscura que rodea al siglo XIX, la fotografía y los colores son vivos, aunque paulatinamente va reduciéndose conforme se desarrolla la película y los acontecimientos que se suceden en ella. Visual y estéticamente, se podría decir que Bright Star es preciosa.

El guión es bueno, aunque tampoco extraordinario, pero el acierto de añadir algunos de los poemas de Keats recitados por su protagonista ayudan a que este a veces se mantenga en pie, conectándolos con la trama. Sus actuaciones... hay mucho debate en torno a ellas. Hay quienes critican a Abbie Cornish de contenida, distante y algo histriónica. Discrepo. En mi opinión es Abbie Cornish en estado puro, ofreciendo una de sus mejores actuaciones filmográficas (aunque como en Candy no tendrá otra grandísima actuación hasta que surja), con alternaciones de registros que a mi no me han molestado. Fichadla bien, que merece la pena. Y no es porque yo admire mucho a esta mujer, sino que es verdad. Da gusto verla en cada película que sale, aunque esta sea un bodrio de enormes dimensiones. Abbie es una actriz muy versátil y aquí lo demuestra, porque no resulta fácil interpretar a un personaje con las dimensiones de Fanny Brawne, presa de muchas emociones y a su condición establecida.

Ben Whishaw es otro claro ejemplo de la versatilidad del actor: se le ha visto interpretando a un misántropo obsesionado con el olfato y que se realiza matando doncellas para extraerles su aroma ( El Perfume) o a un homosexual reprimido por la religión con graves problemas personales ( Retorno a Brideshead) -muy buenas actuaciones, todo sea dicho- y aquí lo tenemos interpretando a un poeta que no ha conseguido el éxito que esperaba, pero aún así sigue intentándolo y cuyo amor por Fanny Brawne le anima a seguir escribiendo poesía para ella. Aquí, Abbie se lo "come" un poco (de ahí que parezca bastante contenido y no parezca claro por dónde va, que no es fallo del actor, sino del omnipresente aura de Cornish, que domina toda la película), pero su presencia se hace evidente, formando una notable química.

Otro punto a su favor en cuanto al romance: no me ha parecido nada edulcorado. 4 escenas con gran matiz, sin llegar al extremo. Yo eso lo agradezco, porque no me gusta ver una película donde la mitad de la misma sean besos y ¡oh, te amo, no sé vivir sin ti! y fruslerías variadas. Lo justo y necesario. Hay gente que llora con la película, pero algunos ya me conocéis.... y, por otra parte, sabiendo la vida de John Keats, ya uno sabe cómo acaba. No es spoiler, es un hecho real. Pero la lastimilla no se puede evitar, sobre todo en las escenas finales.

Si os gustan las películas detallistas, con una buena estética y una pequeña combinación de emociones y sois muy pacientes, podéis ver Bright Star. O si os gusta el romance, también. O si sois fans de los actores principales y queréis fardar de haberos visto toda su filmografía, podéis apuntarla a la lista de películas pendientes. Pero, si no sois nada de lo mencionado, no os la recomiendo. Es una película que o gusta o se odia por tediosa.

Y hasta aquí llega el Ciclo Siglo XIX de The Source Of Freedom. Espero que os haya gustado y, no sufráis, que próximamente habrá otro, que tengo varias ideas en mente.